Jennifer Lawrence protagoniza la película “Hazme el favor”, una comedia clásica y obscena para mayores que fue hecha a la medida para la actriz galardonada con el Oscar.
“Siempre quise hacer una comedia. Y he leído muchas”, dijo Lawrence durante una entrevista sobre la temporada de películas de verano. “Simplemente no leí nada que fuera lo suficientemente divertido”.
“No Hard Feelings” se inspiró en un anuncio real de Craigslist publicado por unos padres de familia que buscaban a una mujer para “salir” con su hijo y sacarlo de su caparazón el verano antes de ir a la universidad. Hay debates sobre qué tan real era el “anuncio real”, pero pensar en la mujer que podría responder a un anuncio como ese fue una premisa lo suficientemente divertida como para llamar la atención de varios productores y el guionista y director Gene Stupnitsky.
Stupnitsky sabía exactamente a quién convocaría. Le contó la idea a Lawrence una noche en una cena con amigos en la que, estimó, se habían tomado unos “ocho o nueve martinis” entre los dos.
Ambos se conocieron hace más de una década, a través de un amigo en común, en el espectáculo y cena Medieval Times. Lawrence, recordó, estaba vestida con un traje completo de mago. Y pronto se hicieron verdaderos amigos. Stupnitsky incluso le presentó a Lawrence al que se convertiría en su esposo.
“Le debía una”, dijo Lawrence. “Es por eso que hice esta película”.
Stupnitsky, sentado junto a Lawrence, agregó: “Probablemente haya algo de verdad en eso”.
Con Lawrence a bordo para protagonizar y producir, la película se convirtió en un producto codiciado, con servicios de streaming y estudios compitiendo por los derechos para hacerla. Al final optaron por Sony y un estreno en salas de cine tradicional.
En “No Hard Feelings”, el personaje de Lawrence, Maddie, tiene problemas de dinero. Como conductora de Uber sin automóvil, se encuentra en un aprieto. Entonces, cuando ve ese anuncio con la promesa de un Buick Regal como pago, muerde el anzuelo. Maddie conoce a Percy, de 19 años, por primera vez con un minivestido rosado y tacones altos, actuando abiertamente coqueta y disponible.
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La situación se intensifica a partir de ahí cuando ella intenta llevarlo a casa. Él cree que está siendo secuestrado y, como sabe cualquiera que haya visto adelantos de la película, ella termina siendo rociada con gas pimienta. Pero también hay un núcleo dulce en la película.
La experiencia, dijo Lawrence, fue genial, ayudada por su conexión con su coprotagonista más joven.
Como productora de la película, Lawrence ya pudo verla con público y experimentar esa gran risa comunitaria que prometió Stupnitsky.