Jurado en Londres exonera a Kevin Spacey de acusaciones de abuso sexual

Kevin Spacey cautivó al jurado en su juicio por agresión sexual con humor, humildad.

Kevin Spacey cautivó al jurado en su juicio por agresión sexual con humor, humildad.
Londres /

Kevin Spacey cautivó al jurado en su juicio por agresión sexual con humor, humildad y emoción mientras mencionaba nombres de otras estrellas e historias de su otrora celebrada carrera al tiempo que su abogado llamaba mentirosos a sus acusadores y decía que el galardonado con el Oscar era la verdadera víctima.

Spacey fue absuelto de agresión sexual el miércoles después de que su papel estelar como testigo en su propia defensa lo salvó de una posible pena de prisión y le dio la oportunidad de recuperar su carrera.


Las lágrimas rodaban por las mejillas de Spacey cuando fue leído el veredicto final de “inocente”. El actor miró al jurado, colocó la mano sobre la solapa de su traje sastre azul y pronunció “gracias”. El veredicto llegó el día de su 64to cumpleaños.

“Me imagino que muchos de ustedes pueden entender que tengo mucho que procesar después de lo que acaba de suceder hoy”, dijo Spacey con humildad frente al Tribunal de la Corona en Southwark después de agradecer a algunos miembros del jurado que lo recibieron en el vestíbulo. “Estoy enormemente agradecido con el jurado por haberse tomado el tiempo de examinar toda la evidencia y todos los hechos cuidadosamente antes de llegar a su decisión”.

El extenso testimonio de Spacey tuvo su clímax cuando se le entrecortó la voz al contar cómo no ha tenido trabajo por seis años desde que surgieron las acusaciones de abuso sexual, en medio del movimiento #MeToo en Estados Unidos en 2017.

“Mi mundo se vino abajo”, declaró Spacey. “La opinión pública se hizo una idea apresurada, y antes de que surgiera la primera pregunta perdí mi empleo, perdí mi reputación, lo perdí todo en cuestión de días”.

Tres hombres acusaron a Spacey de haberles tocado los genitales agresivamente, describiéndolo como “vil” y “serpiente resbaladiza”. Un cuarto hombre, un aspirante a actor que había acudido al apartamento de Spacey para pedirle consejos para su carrera y beber una cerveza, dijo que despertó y Spacey estaba practicándole sexo oral.

Spacey admitió ser “un gran coqueto” que ha tenido relaciones consensuadas con hombres, pero aseguró que su único error fue tocarle la ingle a un hombre en un “tropiezo” de seducción.

El abogado defensor Patrick Gibbs dijo que tres de los hombres eran embusteros y que los incidentes habían sido tergiversados. Acusó a la mayoría de ellos de “montarse en el vagón de acusaciones” para tratar de sacarle dinero as Spacey.


La fiscal Christine Agnew le dijo al jurado que Spacey era un “abusador sexual” que tomaba lo que quería cuando quería y que se creía escudado por “la trinidad de la protección”: sabía que los hombres probablemente no se quejarían, si se quejaban nadie les creería y en todo caso no habría castigo porque era una celebridad poderosa.

Spacey enfrentó nueve cargos, incluyendo varios de agresión sexual y un cargo por hacer que una persona participara en una actividad sexual con penetración sin consentimiento.

Spacey había visto el caso de Londres como una oportunidad de redención, y dijo a la revista alemana Zeit el mes pasado que había “personas en este momento que están listas para contratarme en cuanto sea absuelto de estos cargos en Londres”.

El veredicto se produjo unos 20 minutos después de que los miembros del jurado dijeran que estaban en un punto muerto y el juez les dijera que podían llegar a veredictos sin unanimidad, una disposición permitida en los casos penales ingleses.

El juez Mark Wall le dijo al panel de nueve hombres y tres mujeres que podrían llegar a un veredicto si al menos 10 de los 12 miembros del jurado estaban de acuerdo. Deliberaron casi 12,5 horas durante tres días en un juicio que duró casi un mes.

Poco antes de entrar al callejón sin salida, los miembros del jurado le habían pedido a Wall que resumiera el testimonio de un hombre que dijo que el actor lo tomó por la entrepierna con tanta fuerza, mientras conducía rumbo a una gala benéfica de Elton John, que casi se salió de la carretera.

En una breve intervención, la estrella de rock y su esposo, David Furnish, testificaron por video desde Mónaco y ofrecieron una cronología que puso en duda la versión del conductor. Dijeron que Spacey no asistió al White Tie & Tiara Ball el año que afirmaba el hombre, pero que sí había sido un invitado sorpresa tres o cuatro años antes, en 2001.

El detalle era importante, pues el hombre dijo que había comenzado a trabajar con Spacey a principios de la década del 2000 y que le hizo caricias no deseadas durante años. El hombre declaró que el incidente en el auto fue la gota que colmó el vaso y luego evitó al astro.

Las acusaciones datan de entre 2001 a 2013 e incluyen un período en que Spacey — tras ganar premios Oscar por “The Usual Suspects” (“Sospechosos habituales”) y “American Beauty” (“Belleza americana”) — había regresado al teatro, su primera pasión. Durante la mayoría de ese tiempo era director artístico del teatro Old Vic en Londres.

Los hombres presentaron sus denuncias luego que un actor estadounidense acusó a Spacey de un supuesto incidente de conducta sexual inapropiada, justo cuando el movimiento #MeToo estaba en su punto álgido en 2017.

Uno de los hombres calificó su encuentro con Spacey como “completamente traumático y arruinador de vidas”. Uno dijo que buscó consuelo haciendo ejercicio y bebiendo más, y varios dijeron que no soportaban ver producciones protagonizadas por Spacey.

Con la confianza de un actor experimentado, Spacey ocupó su asiento en el estrado de los testigos en el que era quizá el escenario más modesto de su carrera: un escritorio de roble laminado al frente de una sala de audiencias brillantemente iluminada.

Habló con la voz cálida, profunda y tranquilizadora que la mayoría de las audiencias reconocería al instante. Bajo presión, cuando fue interrogado por la fiscal Christine Agnew, no adoptó el tono frío y amenazador de algunos de sus personajes calculadores, sino que mantuvo la compostura y sólo mostró algunos destellos de indignación.

Cuando se le preguntó acerca de tomar los genitales de un hombre en tras bambalinas en un evento de caridad, respondió: “¡Pelotudeces absolutas!”.

Mientras la risa surgía en la galería, Agnew replicó: “Sí, porque ahí es exactamente donde de donde lo agarró, ¿no es así?”.

“¿De verdad?”, dijo Spacey mientras miraba con incredulidad al juez Wall.


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