El acoso es un problema al que millones de personas en todo el mundo se enfrentan cada día, esto en distintos escenarios, como los espacios públicos, escuelas, trabajos e incluso redes sociales.
Nadie está exento de vivir una situación como ésta, es así como incluso algunos famosos han salido a hablar de esta situación, pues estando expuestos a la vida pública, es probable que sean perseguidos y acosados por distintas personas, como sus fans.
Este es el caso de la actriz y comediante, Mariana Echeverría, quien en una entrevista con Yordi Rosado platicó haber sufrido acoso durante varios años por parte de un fan.
De acuerdo al relato de la famosa, esto sucedió cuando trabajaba en el programa ‘Se vale’, pues un hombre se encargó de incomodarla y acosarla por varios años cuando era parte del elenco.
Todo empezó cuando el presunto acosador le pidió un autógrafo en el brazo y él se la tatuó; además, llegó a pedir trabajo para poder estar cerca de ella y poder verla con más frecuencia.
“Se pidió que le firmara aquí (en la muñeca del brazo), se tatuó mi nombre y luego se metió a lavar los coches en Televisa, le dieron la chamba y luego lo encontré en mi camerino”, dijo la actriz en la entrevista.
Mariana Echeverría platicó que todo comenzó a empeorar y uno de los momentos que más temor le causó fue cuando el hombre consiguió empleo de limpieza en la empresa y vio al fan dentro de su camerino robando su ropa interior.
“Se metió y estaba robándose mi ropa interior adentro del camerino. Imagínate ya tatuado con mi firma, hizo todo, fue escalando hasta que llegó al grado de ser de limpieza de camerinos para robarse mi ropa interior. Cuando llegué y lo vi con mi ropa interior, corrí con la productora y le dije: ‘que te enseñe la mano, trae mi firma y si él no se va de aquí, me voy yo”, platicó.
También, la famosa comentó que el acosador llegó a regalarle flores y otras cosas, sim embargo, la incomodidad creció cuando lo veía todos los días.
“Yo lo veía diario, diario iba a lavar los coches hasta que me lo encontré. Me saludaba normal hasta que el acoso empezó muy fuerte y lo encontré en mi camerino. Me esperaba todos los días afuera, me llevaba flores, me pedía que le firmara, que lo abrazara y eran cosas ya muy incómodas”.
Tras varios años de sufrir acoso, finalmente dejó de ver al acosador, algo que le generó tranquilidad, pues vivía con el miedo de que la siguiera o hiciera cosas aún más peligrosas.
“Vivía yo enfrente y yo decía: ‘ya me siguió’, pero nunca volví a saber de él. Imagina meter papeles a un lugar para trabajar y estar cerca de esa persona, tatuarse”.