Mauricio Castillo, reconocido conductor, actor y productor de televisión, ha enfrentado momentos difíciles en su vida, especialmente tras aceptar su lucha contra la adicción al alcohol. Su camino hacia la recuperación incluyó una estancia en una clínica de rehabilitación, donde encontró la ayuda que necesitaba.
En una reciente entrevista con Yordi Rosado, Castillo se abrió sobre su experiencia con el alcoholismo, revelando que estuvo al borde de la muerte en dos ocasiones en solo una semana.
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¿Cómo fue el día en que Mauricio Castillo pidió ayuda a su ex pareja?
Mauricio Castillo reveló en la entrevista que el hecho de casi haber muerto en dos ocasiones lo llevaron a “tocar fondo” y pedir ayuda a su ex pareja, un paso que marcó un cambio significativo en su vida.
Y es que, compartió que sus comportamientos autodestructivos le generaban una profunda frustración.
“Siempre, Lo que pasó es que, al día siguiente después de ese evento, donde a mi estaba costando trabajo, estaba muy enojado conmigo además (…) Tú no le puedes echar la culpa a tu enfermedad de ser así, es una consecuencia de tu enfermedad, no se puede justificar un comportamiento así”.
Mauricio Castillo recordó un momento impactante en su vida, como el día en que apareció golpeado en la calle, sin recordar lo que había ocurrido, o cuando casi es atropellado. Sin embargo, a pesar de estos episodios peligrosos, el día siguiente logró cumplir con una función de teatro sin consumir alcohol.
“El daño lo haces y es se queda para siempre, al día siguiente me voy de gira a una obra de teatro con Sergio Mayer, dimos función viernes y sábado en Querétaro y no consumí nada, cuatro funciones, si acaso me eché una copa de vino”.
Lo “malo” pasó al regresar, pues al tomar alcohol nuevamente fue que se dio cuenta que necesitaba ayuda, por lo que fue a su ex pareja a quién llamó para que fuera por él.
“Al día siguiente llegué, un domingo, a comer, consumir y en la noche le hablé por teléfono a Marisa,’ Ven por mí, porque no puedo más, no puedo, ya no puedo’, me va a recoger a mi casa, me sienta y me dice ‘vas a entrar a una clínica, ya está todo arreglado (…) por supuesto que sí, pero yo no pensé que me fuera a decir eso”.
Finalmente, Castillo reflexionó sobre el peligro que su adicción representaba no solo para él, sino también para las personas que lo rodeaban.
“Esto es demasiado, cuando tú pones en riesgo tu propia vida y la vida de más personas, que son ajenas a ti”.
GB