Oscar Burgos, uno de los comediantes más reconocidos de la televisión mexicana, vuelve a acaparar titulares tras confesar en una reciente entrevista un episodio que pocos conocían: una pelea a golpes con el inolvidable Cepillín, ocurrida en casa del payaso y provocada por el descontrol que vivía Burgos debido a su adicción al alcohol.
Durante la conversación, el también creador de personajes icónicos como “El Perro Guarumo” relató sin filtros cómo el abuso del alcohol lo llevó a un momento de quiebre con Ricardo González, mejor conocido como Cepillín, quien en ese entonces era no solo un colega, sino uno de sus grandes amigos.
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¿Por qué pelearon Oscar Burgos y Cepillín?
Burgos recordó con claridad que el incidente ocurrió en la sala de la casa de Cepillín, y que fue él mismo quien, en estado inconveniente, provocó la reacción del payaso.
“Es verdad. Fue en la sala de su casa. Es una historia muy loca, pero luego volvimos a ser amigos y nos volvimos a querer como siempre. Ese día yo la regué, yo tomé de más y él se fastidió de mí y me dio un puñetazo en la cara... y ahí empezaron los trancazos”, confesó sin rodeos.
La anécdota, aunque impactante, fue contada por Burgos desde la reflexión y con el tono de quien ha aprendido de sus errores. A diferencia de otros escándalos en el medio, no hubo rencores ni reproches, sino una lección de vida y de verdadera amistad.
Lo que más sorprendió de la confesión fue la manera en que Burgos se refirió a Cepillín después del altercado. A pesar de la pelea, la amistad entre ambos sobrevivió. De hecho, el comediante reconoció que Cepillín jamás habló mal de él, ni siquiera en sus peores momentos.
“No lo culpo. Yo estaba de intransigente y después, cuando necesité de su ayuda, me defendió públicamente y me dio muy buenos consejos. Supe que hablaba muy bonito de mí cuando yo no estaba presente y eso lo agradezco”, agregó.
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La anécdota ha sido recibida con asombro en redes sociales, pero también con respeto, pues muestra otra faceta del show business: la de los lazos verdaderos entre artistas que, pese a los errores, no se rompen fácilmente.
En un medio donde los pleitos suelen escalar públicamente, esta historia destaca por su humanidad. Oscar Burgos, lejos de victimizarse o revivir el conflicto, hizo un homenaje sincero a Cepillín, quien falleció en 2021, dejando un legado imborrable en el entretenimiento infantil.
“Le fallé una vez, pero él nunca me falló”, pareció decir entre líneas.
Hoy, el recuerdo de aquel puñetazo en la sala se convierte en una lección de humildad, perdón y verdadera amistad detrás del maquillaje y los reflectores.
GB