El 20 de enero de 1982, el mundo del rock presenció uno de los momentos más extraños y emblemáticos en la historia de la música, cuyo protagonista es nada más y nada menos que Ozzy Osbourne, conocido como El Príncipe de las Tinieblas y vocalista de Black Sabbath.
Durante un concierto en el Des Moines Veterans Memorial Auditorium, el músico mordió la cabeza de un murciélago vivo, un episodio que definió su imagen y lo convirtió en un ícono del heavy metal. Hoy en su cumpleaños, te recordamos aquí en TELEDIARIO cómo fue el momento desde las propias palabras de Osbourne.
¿Quién es Ozzy Osbourne?
Ozzy Osbourne es considerado una leyenda del rock y heavy metal británico. Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, alcanzó la fama como vocalista de Black Sabbath, una de las bandas pioneras del género.
Su distintiva voz, su presencia en el escenario y su estilo provocador marcaron un antes y un después en la música, consolidándolo como una figura icónica del rock. Con Black Sabbath, lanzó álbumes emblemáticos como Paranoid (1970) y Master of Reality (1971), que sentaron las bases del heavy metal contemporáneo.
Tras ser despedido de Black Sabbath en 1979 debido a problemas personales, Osbourne inició una exitosa carrera como solista. Su álbum debut, Blizzard of Ozz (1980), incluyó éxitos como Crazy Train y Mr. Crowley, mostrando su capacidad para reinventarse.
Además de su carrera musical, se convirtió en una estrella de la televisión con el reality show The Osbournes, que ofreció un vistazo a su excéntrica vida familiar. A lo largo de su vida, ha superado numerosos desafíos, incluidos problemas de salud y adicciones, consolidándose como una figura resiliente y emblemática en la cultura pop.
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¿Qué hizo Ozzy Osbourne con un murciélago?
En aquella época, Osbourne era conocido no sólo por su música, sino por sus comportamientos excéntricos y su gusto por el espectáculo.
Inspirado por películas cómicas, específicamente en las escenas donde aventaban pasteles, decidió llevar la idea al extremo arrojando carne y partes de animales al público y viceversa. Este intercambio grotesco se convirtió en una peculiar tradición durante sus presentaciones.
“Me dio la idea de arrojar, en lugar de un pastel, trozos de carne y partes de animales a la audiencia. Pensé que era gracioso. Ellos lanzaban testículos de oveja, serpientes vivas, ratas muertas, todo tipo de cosas. Una vez, alguien arrojó una rana viva al escenario. Era la rana más grande que había visto y aterrizó boca arriba”, explicó el músico en el documental Las Nueve Vidas de Ozzy Osbourne.
Fue en el concierto de 1982 en el Des Moines cuando alguien del público le aventó un murciélago al escenario, a lo que Osbourne lo toma y decide morderlo, en señal de seguir reafirmando su dinámica con la audiencia, sin saber que lo que había mordido era uno real.
Mordedura a la cabeza del murciélago fue “por accidente”: Ozzy Osbourne
En el documental, Osbourne detalló que, cuando cayó el murciélago al escenario, pensaba que se trataba de uno de juguete, por lo que, con toda la seguridad del mundo, se lo metió a la boca y lo mordió, pero al sentir un líquido caliente que salía del supuesto juguete, más el movimiento de sus alas, éste inmediatamente lo escupió, teniendo la boca llena de sangre.
“Pensé que era de goma. Lo recogí, me lo puse en la boca, lo mastiqué, lo mordí, siendo el payaso que soy.
Los murciélagos son los mayores portadores de rabia en el mundo. Tuve que ir al hospital después y me empezaron a poner vacunas contra la rabia. Tenía que ponerme una en cada nalga todas las noches”, exclamó el rockero.
La escena horrorizó a la multitud y terminó con el cantante en el hospital recibiendo vacunas contra la rabia durante varias noches seguidas. Este incidente fue noticia mundial y alimentó las críticas de grupos religiosos que ya veían en el heavy metal una amenaza moral.
Además, colocó a Osbourne en el centro de la controversia, generando una atención mediática sin precedentes, siendo orillado a hacer cosas más atrevidas.
“Llegué al punto en que la gente esperaba que hiciera cosas cada vez más locas. Les diré algo, muchachos: no es divertido cuando les ponen vacunas contra la rabia”, apuntó.
A pesar de lo macabro del incidente, Osbourne supo aprovecharlo, abrazándolo como parte de su legado, pues lanzó mercancía que conmemoraba el evento, desde peluches de murciélagos decapitables hasta un NFT con CryptoBatz.
El incidente del murciélago es una de tantas anécdotas que han llenado la vida de Ozzy Osbourne, demostrando ser un símbolo del exceso y la teatralidad que definen al heavy metal. A más de cuatro décadas de aquella noche, Osbourne sigue siendo un ícono del género y una figura inolvidable en la cultura popular.
AFV