Los animadores de la película Pinocho, del productor de cine mexicano Guillermo del Toro, confirmaron que es un reto darle personalidad a los personajes, a pesar de que en el stop motion, generalmente los elementos son duplicados, pero con un semblante diferente para que se sientan personas reales.
Luis Téllez, uno de los animadores, proveniente de la Ciudad de México, mencionó que el Taller de Chucho, ubicado en Guadalajara, es una iniciativa absolutamente de Guillermo del Toro, siendo el más grande espacio para filmaciones en stop motion de Latinoamérica y que incluso compite con Estados Unidos.
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“La animación es cine, los géneros son comedia, drama (…) Debería estar dividida, hay fotografía, podrá estar a la par en cuanto a cualquier película, actuación, vestuario, creo que es esta cruzada de decir que la animación no es un género”, dijo Téllez.
Por su parte, la animadora Mayrení Senior, explicó que a la hora de haber trabajado para Pinocho, reciben un plano de tres segundos, en el que deben conocer el contexto, es decir, qué pasó antes y qué pasará después. Tomas que además tuvieron que ser aprobadas o desaprobadas.
“Hay que tener el contexto, qué siente el personaje en ese momento. Trabajo recíproco entre animadores (…) Se aprueba y se pasa a un primer ensayo de animación para ver cuestiones técnicas, con qué me voy a enfrentar. Luego a rehearsal, que es algo más pulido, estamos viendo cuestiones de actuación, traducido al papel”, detalló Mayrení Senior.
El animador Sergio Valdivia comentó que trabajar en stop motion requiere de cambios, modificaciones que consisten en brindar una mejor técnica para que las escenas cuenten con un toque de realidad.
“Me tocó hacer la secuencia de la guerra, era la idea de que fuera orgánica, como live action, tenías tu planeación hecha, llegaba Bryan y te decía ‘métele que se tropiece’, pero tienes que improvisar, adaptarte”, dijo Valdivia.
La directiva creativa y técnica de fabricación de los títeres, Georgina Hayns, mencionó que para hacer Pinocho, se tuvo que trabajar con personajes que ya existían en 2D, para después convertirlos al 3D. Así como añadió que se requiere un lapso de seis a ocho meses para hacer una marioneta, con todos sus elementos como la ropa, el cabello y su animación.
“Hay dos formas de animación facial, en la película, la animación de reemplazo, varias caras por cada expresión. Un cráneo dentro de la piel de silicón (..) El stop motion es orgánico, objeto real en el stop motion. Puedes sentir que eres parte de ella (…) Propiedades orgánicas, y los errores. Un humano tiene errores por todos lados, hacer algo perfecto es aburrido”, manifestó Hayns.
AA