"No hay dinero, ¿cómo vas a ir?"El día que Santa Fe Klan fue a rapear a Silao con 100 pesos en la bolsa

En aquel tiempo donde él soñaba con cantar sus letras en eventos y no contaba con suficiente dinero.

Santa Fe Klan: El Día que se fue a cantar con solo 100 pesos / Especial
Guanajuato /

Actualmente, el rapero Ángel Quesada, mejor conocido como Santa Fe Klan, constantemente llena escenarios y ha acumulado miles de fans y seguidores. Sin embargo, no siempre fue así, pues antes de que gozara con tanta fama, no contaba con recursos suficientes, e incluso en una ocasión se vio orillado a rapear con cien pesos, aquí te contamos la historia del rapero antes de llegar a la fama.

Su deseo por crear canciones viene desde muchos años atrás; sin embargo, en aquel tiempo donde él soñaba con cantar sus letras en eventos y no contaba con suficiente dinero, se dedicaba a lavar carros y embolsar productos en las tiendas para poder acudir.


En una de esas ocasiones, cuando había sido invitado a cantar en un evento organizado en Silao, a 45 minutos de su casa, debido a que no tenía dinero, se vio orillado a pedirle a su madre.

"Ni me dejaban ir, porque yo les dije: voy a ir a Silao, voy a ir a cantar; y me decían: no hay dinero, ¿cómo vas a ir? (...)
Mi jefa tenía cien varos. Le dije: présteme esos cien varos, jefa. Y hasta como que me los aventó; así como que se enojó (...) Dije: a ver cómo le hago; yo nada más llevaba para ir", contó.

Debido a que sólo tenía dinero para ir y no para volver a su casa, Santa Fe llevó algunos discos que había grabado, mismos que logró vender gracias al apoyo de la gente que se encontraba en el evento.


Pero esta historia tiene un final feliz, pues además de que, sonriente, el rapero cuenta que esos cien pesos que le había prestado su madre nunca se le terminaron; y pese a que ella no quería que fuera al evento, llegó y se encontraba cerca del escenario, viéndolo, acompañada de su padre.

"Me dijeron que iba a abrir el evento (...) Ya después que me di cuenta que estaba ahí mi jefa, pues me prendí bien machín.


Me tocó subirme y nadie me hacía caso (...) y me aventé unas rolas (...) y pos la raza como que sí se me quedaba viendo, y empezaban unos a grabarme y así, y ya después llegó mi jefa y me prendí bien machín. Terminé hasta en una batalla de un wey de por ahí, ya andaba bien prendido", concluyó entre risas.


PCQG

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