La rivalidad demostró que está más viva que nunca. Tigres Femenil y Rayadas regalaron más de 90 minutos de drama y tensión.
Al final, un empate de 2-2 que demuestra lo fiero que son ambos contendientes y que tienen argumentos suficientes para reencontrarse en una nueva Final. Chivas tiene la última palabra.
El resultado afianzó al Monterrey en el segundo lugar, manteniendo la diferencia de un punto sobre Las Amazonas.
Fueron más de 35 mil aficionados los que pusieron fiesta en El Volcán… y todos se fueron con un grato sabor de boca por lo intenso que fue la edición 28 del derbi regiomontano.
Tigres fue quien mostró mayor iniciativa. El manejo del esférico fue con intención y comenzó a copar el terreno de Rayadas que tardó en meterse al partido también influido por la presión de la rival.
Aunque las chicas de Eva Espejo buscaron apoyarse en el recurso del pelotazo, la realidad es que el balón rápidamente era recuperado por las volantes felinas, generosas en el esfuerzo, especialmente Liliana Mercado quien se encargó de aumentar el volumen de juego, colando hasta tres pases clave en la primera mitad.
Así, con el juego agresivo llegó el primer gol.
Tigres tocó el esférico en una veloz triangulación que dejó a la goleadora Mia Fishel frente a la portería para sacar un disparo con la diestra que se coló en el primer poste de Alejandría Godínez. Corría el 21’.
El Monterrey no encontraba cómo sacudirse la presión y Tigres intentó aumentar el marcador; sin embargo, La U se fue diluyendo y la visita comenzó a ganar un poco más en confianza hasta que encontró el empate en el último suspiro del primer tiempo.
Diana García sacó un pase largo hasta Diana Evangelista que, tras llevarse por velocidad a sus dos marcadores, sacó una ‘vaselina’ para batir a Cecilia Santiago. Goleazo.
Para el complemento, Eva Espejo modificó. Sacó a Del Campo y a Avilez por Alejandra Calderon Lua y Daniela Solis… y ‘Dani’ no tardó en hacerse notar.
La camisa 20, tras aprovechar un mal despeje dentro del área, se adelantó a Natalia Villarreal para meter un nuevo centro que Christina Burkenroad remató de cabeza para darle la voltereta al marcador. Corría el 52’.
Rayadas ganó en confianza y empezó a adelantar líneas. Parecía que estaba más cerca de convertir el tercero.
Pero Tigres revivió. Nuevamente fue ganando en confianza, tenencia del esférico y posesión territorial. El Monterrey intentó defenderse, desesperar al rival, pero daba muestras que las piernas empezaban a escasear.
Y llegó el gol del empate. Jaqueline Ovalle demuestra que vive un momento único. Aprovechando su velocidad, tras recibir un pase filtrado, condujo el balón hasta dentro del área para sacar un disparo cuya fuerza fue tal que hasta provocó el balón se hiciera invivible y ‘reapareciera’ cuando rebotó en la red. Obra maestra para decretar el empate.
Tigres Femenil y Rayadas regalaron otro Clásico memorable que demostró lo listas que están para la parte importante de la la temporada: La Liguilla.
Rja