A comienzos del año, la Unión Europea aprobó que no se puedan vender más automóviles con motores de combustión a partir del 1 de enero de 2035. Esta medida fue autorizada por todas las autoridades competentes, en donde el Parlamento Europeo y los 27 gobiernos del bloque votaron a favor tras la propuesta de la Comisión Europea.
Únicamente faltaba la aprobación formal, es decir, una firma de los embajadores de los 27 gobiernos en Bruselas para que fuera publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea.
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Las automotrices de lujo utilizaron ese plazo de semanas entre la aprobación de los gobiernos y la firma de los embajadores para presionar, por lo que su cabildeo surtió efecto.
Al contrario de lo que habían votado sus ministros, los embajadores de Alemania e Italia se pronunciaron ante la presidencia temporal del Consejo de la Unión Europea, la cual está en manos de Suecia hasta a finales de junio, que no podían firmar.
La legislación casi aprobada señala que las automotrices pueden continuar vendiendo autos con motores de combustión hasta el 31 de diciembre de 2034. A partir de esta fecha, estos coches podrán seguir circulando y vendiéndose en el marco de segunda mano, no obstante, no se podrán vender automóviles nuevos.
Por lo anterior, esas empresas comenzarán a dejar de desarrollar nuevos modelos de motores de combustión en los próximos años. Marcas de lujo como Porsche, Ferrari, Lamborghini o Maseratti, presionaron exitosamente y sus gobiernos se detuvieron cuando sus ministros ya habían votado a favor de la nueva norma, según fuentes comunitarias.
Desde Italia, aparentemente, el gobierno está de acuerdo con esas empresas, pero en Alemania es más complicado, ya que los liberales defienden a las automotrices de lujo. Mientras las dos primeras piezas del Ejecutivo de la coalición: la socialdemócrata y la ecologista, buscan que la prohibición sea aprobada.
AA