Anatoly Onoprienko sembró el terror en Ucrania durante los años 90, ya que acabó con la vida de más de 50 personas de manera despiadada y sistemática, dejando una huella imborrable en la historia criminal de ese país.
A pesar de que, durante su confesión, admitió haber matado a nueve personas más, el modus operandi de este sujeto se consolidó el 24 de diciembre de 1995, cuando una familia completa se preparaba para recibir la Navidad en su casa.
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Este asesino serial superó la brutalidad del famoso Andrei Chikatilo en un tiempo récord, por lo que la policía movilizó a miles de efectivos para detener a este peligroso criminal.
Familia Zaichenko es asesinada dentro de su casa el 24 de diciembre en Zhitomir, Ucrania
Todo empezó durante la madrugada de Navidad en el pequeño pueblo de Garmarnia, donde la policía encontró los cuerpos carbonizados de Nikolai y Yulia Zaichenko, junto a sus dos pequeños hijos de tres años y tres meses.
Según las autoridades, el atacante disparó una escopeta contra el padre y su hijo mayor desde una ventana exterior, luego ingresó para apuñalar a la madre y asfixiar al bebé en su cuna con una almohada; posteriormente, incendió el inmueble.
Con escopeta y armas blancas: este era el 'modus operandi' de Anatoly Onoprienko
Luego del caso de la familia Zaichenko, la policía de Ucrania recibió varios reportes más de otras familias, las cuales fueron asesinadas de la misma forma.
Según los reportes, el agresor utilizaba una escopeta calibre 12 para neutralizar a los hombres de la casa, a los cuales solía disparar desde afuera antes de entrar por ventanas o puertas, evitando dejar sobrevivientes que pudieran delatarlo.
Una vez dentro, las mujeres y los niños enfrentaban un destino todavía más aterrador a manos de este sujeto, ya que empleaba cuchillos, hachas o martillos para terminar con sus vidas, finalizando al prenderle fuego al inmueble.
También descubrieron que el asesino espiaba a sus víctimas durante horas antes de atacar en la oscuridad absoluta, aprovechando los apagones eléctricos de los inviernos ucranianos para actuar; además de matar a quienes se encontraban en las inmediaciones y pudieran verlo.
Anatoly Onoprienko mató a más de 40 personas en 3 meses en Ucrania
Tras tres meses de crímenes atroces, el sujeto alcanzó a asesinar a 43 personas, superando la letalidad de cualquier otro asesino serial previo en la historia de Ucrania.
El pánico se apoderó de la población mientras los cuerpos aparecían en diversas regiones; las víctimas incluían familias enteras, trabajadores forestales e incluso agentes de policía.
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Por su parte, las autoridades detuvieron a un joven inocente bajo la presión social de la opinión pública, quien murió bajo tortura policial sin confesar crímenes que no cometió; mientras tanto, el verdadero delincuente continuaba operando en la impunidad.
No obstante, las sospechas cayeron hacia Onoprienko, obteniendo las pruebas definitivas en el apartamento de su novia y su hermano, donde hallaron una pistola robada y 122 objetos pertenecientes a las víctimas.
Cuando la policía lo interceptó, el sujeto intentó alcanzar un arma y defenderse, pero no lo logró; una vez en la cárcel, confesó que su lista de asesinatos ascendía a 52 personas en seis años, actos de los cuales no se arrepentía.
¿Quién era Anatoly Onoprienko, ‘La bestia de Zhitomir’?
Anatoly Onoprienko nació en 1959 y sufrió el abandono familiar desde muy temprana edad, ya que su padre y hermano lo enviaron a un orfanato tras la muerte de su madre, marcando profundamente su personalidad fría y sin empatía.
Años después, el hombre sirvió en el ejército, donde aprendió el manejo experto de diversas armas; también trabajó como bombero y marino antes de dedicarse por completo a la vida delictiva.
Fue en 1989 que el hombre y un cómplice robaron y mataron a nueve personas; posteriormente, huyó del país debido a que era buscado por la policía, pero regresó en 1995, donde decidió establecer su modus operandi con la familia Zaichenko.
Durante su encierro, el detenido alegaba que voces de dioses extraterrestres le ordenaban cometer las masacres, afirmando poseer poderes hipnóticos y habilidades para comunicarse telepáticamente con los animales.
No obstante, los especialistas determinaron que era un "hombre inteligente con memoria excepcional", además de que sabía diferenciar el bien del mal, por lo que algunos lo consideraban un psicópata, mientras que otros decían que tenía esquizofrenia.
Tras un juicio histórico y tenso, la justicia condenó a Onoprienko a cadena perpetua, falleciendo en prisión en el año 2013 debido a una insuficiencia cardíaca.
AFV