De acuerdo con los datos de un trabajo de investigación realizado en la Universidad Central de Lancashire se ha identificado una enorme estructura, no observable directamente y formada por millones de galaxias.
Este descubrimiento pone a prueba uno de los principios fundamentales sobre los que se basa el conocimiento del universo según el cual el cosmos, a gran escala, es homogéneo en cuanto a la distribución de materia.
Esta estructura ha sido denominada ‘El Gran Anillo’ y tiene un tamaño de 1.300 millones de años luz y se encuentra a 9.200 millones de años luz de distancia de la Tierra. A pesar de hallarse tan lejos, si fuese posible verla a simple vista en el cielo nocturno ocuparía una extensión equivalente a 15 lunas llenas.
El descubrimiento lo ha realizado Alexia López, una estudiante de doctorado que, anteriormente, también había hallado otra estructura incluso mayor, denominada el Arco Gigante.
¿Está en peligro el universo homogéneo?
El sistema solar es heterogéneo, con planetas de diferentes tamaños y composiciones. Asimismo, el lugar que ocupa el Sol dentro de la Vía Láctea es muy diferente a la región más interna de la galaxia en donde existe una mayor densidad de astros. Y las galaxias más cercanas, que juntamente con la nuestra forman el llamado Grupo Local, son también muy distintas entre ellas.
Sin embargo, a medida que se amplía la perspectiva, estas diferencias entre regiones se diluyen progresivamente, y el universo, a gran escala, se presenta muy homogéneo.
Todo ello ha conducido a lo que se conocen como Principio Cosmológico, que establece que, a gran escala, en el universo no existen regiones ni direcciones privilegiadas, y que la distribución de materia es altamente uniforme. Una consecuencia del modelo es que el fragmento de universo que, desde nuestra posición, observamos también debería ser homogéneo.
La detección de estructuras gigantesca, como el Gran Anillo o el Arco Gigante (y algunas más que se conocen) parece desafiar el Principio Cosmológico, o al menos podría requerir, para que siguiese siendo válido, contemplar el universo con una escala aún mayor.
Aunque el Gran Anillo parece tener una forma circular en el firmamento, la investigación detallada muestra que se trataría más bien de una espiral que se encuentra situada de manera que nos muestra su parte frontal. Por su parte, el Arco Gigante, con sus 3.300 millones de años luz de tamaño, tiene una forma curvada casi simétrica.
Cómo se formó el Gran Anillo
La formación de estructuras tan inmensas podría deberse a la existencia de las hipotéticas cuerdas cósmicas, unas entidades que, según algunos cosmólogos, se podrían haber formado en los primeros instantes del Big Bang.
De dimensiones extremadamente delgadas (mucho menores que la de un átomo) pero con longitudes enormes, estos supuestos hilos habrían concentrado una gigantesca masa, al inicio del universo, y podrían haber actuado como semillas alrededor de las cuales se crearon las grandes estructuras del cosmos (uno de los proponentes de la existencia de estas cuerdas cósmicas es el premio Nobel de Física del año 2019, Jim Peebles).
López y su equipo sugieren que otra opción para explicar el origen de estas estructuras sería recurrir a nuevos modelos sobre la evolución del universo, como por ejemplo la denominada cosmología cíclica conforme. Una hipótesis defendida, entre otros, por Roger Penrose (Nobel de Física del año 2020) y que establece que el universo se encuentra en un desarrollo iterativo, con nacimientos que se suceden uno tras otro y en ciclos infinitos.