El cuerpo sin vida de una ballena apareció hoy en París, al borde del río Sena y a pocos metros de la catedral de Notre Dame, encallado por un colectivo de artistas que quisieron hacer conciencia sobre el cambio climático y la pesca intensiva.Frente a la mirada atónita de quienes paseaban por ahí, varios hombres arrojaban agua sobre el falso cetáceo —una escultura hiperrealista de 15 metros de largo— que permanecerá en la capital francesa hasta el próximo lunes.
Instalada con la complicidad de las autoridades por el colectivo belga Captain Boomer, que desde su creación en 2007 ha realizado acciones similares en Londres o Valencia, entre otras ciudades, la escultura monumental es una trampa que "sumerge al público en la realidad que hemos creado y le obliga a posicionarse", explicó el artista Bart Van Peel.
El cetáceo constituye una "metáfora gigantesca de la desregulación del ecosistema", y a la intención artística se une una dimensión educativa, ya que el grupo cuenta con el apoyo de varios expertos reales."Nada más ver el animal he pensado en el cambio climático, me parece muy triste", aseguró Justine, que se había acercado hasta el Sena tras haber visto una fotografía en las redes sociales."Incluso si es falso, es una buena idea para concienciar a los ciudadanos", dice sin estar completamente segura de que el animal varado sea de plástico: "Bueno, ¿si fuese real olería, no?", se pregunta.