Un niño de tres años murió ahogado en un parque acuático de Texas, Estados Unidos, mientras su mamá estaba utilizando su teléfono celular y cantando una canción, según las autoridades.
Jessica Weaver, de 35 años, la madre del menor fallecido, fue acusada de negligencia y de lesiones a un niño por omisión en la muerte de su único hijo, Anthony Leo Malave, en el parque acuático Campa Cohen en El Paso.
Testigos aseguraron que Weaver era imprudente y desatenta con su hijo antes de que ocurriera el accidente.
La madre fue arrestada el 30 de agosto en el estado de Indiana, su lugar natal, donde renunció a la extradición. Fue ingresada a la prisión del condado de El Paso el 22 de septiembre y fue liberada con una fianza de garantía de 100 mil dólares, de acuerdo a medios locales.
Uno de los 18 salvavidas que trabajaban en el parque sacó a Anthony de una sección de poco más de un metro de profundidad de la alberca donde se ahogó.
El pequeño no llevaba un chaleco salvavidas, pero los dispositivos estaban disponibles para los huéspedes en las instalaciones. Además, hay letreros que señalan que los niños de seis años o menos deben ser cuidados por un adulto.
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Los investigadores se encargaron de dialogar con varios testigos el día del accidente, y uno de ellos mencionó que Jessica Weaver nunca prestó atención a nada mientras estaba usando su teléfono celular junto a la alberca durante más de una hora.
Otro de los testigos comentó que la mujer, que creía que estaba sola, estaba tomando fotos todo el tiempo que la vio en la alberca, según la declaración jurada.
Incluso, un tercer testigo se dio cuenta de que Weaver estaba cantando una canción que estaba reproduciendo su teléfono mientras ella estaba acostada.
No obstante, los abogados de la mujer confirmaron que ha sido culpada sin justificación por la muerte de su hijo, y han presentado una demanda de un millón de dólares contra la ciudad en la que afirma que la tragedia fue el resultado de una “negligencia grave” por parte del parque y sus salvavidas.
AA