Un grupo de hombres armados asaltaron un hospital al norte de Siria, en donde una niña que nació bajo los escombros de su casa derrumbada por el terremoto está recibiendo atención, y que incluso golpearon al director del centro, según un directivo de la clínica.
El funcionario rechazó los informes en redes sociales, los que sugieren que el ataque del 13 de febrero por la noche fue un intento para secuestrar a la menor llamada Aya, que en árabe significa “una señal de Dios”. La pequeña está en el hospital desde horas después del sismo del 6 de febrero, que estremeció Turquía y Siria. Su madre, padre y cuatro hermanos murieron en el desastre.
La bebé ha sido fuertemente vigilada desde que nació y mucha gente en el mundo ha ofrecido ayudarla.
De acuerdo al funcionario, que quiso mantenerse bajo el anonimato por miedo a represalias, mencionó que el director del hospital sospechaba que un enfermero que tomaba fotos de Aya, buscaba secuestrarla, y lo despidió.
Horas después, el enfermero regresó con los hombres armados, que golpearon al director, según el funcionario. La esposa del director está amamantando a Aya, de acuerdo a fuentes médicas.
Al llegar al hospital, los agresores dijeron a los agentes de la policía que custodian a la niña que buscaban castigar al director por despedir a su amigo y no les interesaba Aya, según el funcionario.
Varias personas se han presentado para decir falsamente que eran parientes de Aya, por eso es que la pequeña ha sido custodiada por la policía local.
Aya podría salir del hospital en las próximas horas o días, según su tío abuelo Saleh al-Badran. Dijo que la tía paterna de la pequeña, quien dio a luz recientemente y sobrevivió al terremoto, la criará.
Fue el 7 de febrero cuando rescatistas en la ciudad siria de Jinderis, se dieron cuenta de que había una niña tras 10 horas de que había comenzado el sismo, y al quitar los escombros del edificio en donde vivían sus padres, la hallaron todavía unida por el cordón umbilical a su madre sin vida.
AA