MADRID/FRÁNCFORT (Reuters) - Las autoridades europeas decidieron el miércoles evitar un colapso del español Banco Popular mediante el rescate del prestamista, el que fue orquestado a última hora por Santander, la mayor entidad crediticia del país.
Los dueños de bonos de Popular enfrentan pérdidas de alrededor de 2.000 millones de euros, mientras que Santander pedirá a sus accionistas alrededor de 7.000 millones de euros (7.900 millones de dólares) de capital para absorber al sexto prestamista más grande de España.
El rescate de Popular se dio a conocer luego de que el Banco Central Europeo (BCE) anunció que el prestamista iba a ser liquidado, en un hecho que rememora el colapso bancario que se produjo hace cerca de cinco años y que le costó a España unos 40.000 millones de euros.
La compra hecha por Santander de Popular -que se ha visto afectado por préstamos hipotecarios riesgosos- en un valor simbólico de un euro se da en momentos en que por primera vez se usa un régimen más estricto de la Unión Europea para enfrentar las quiebras bancarias, el que fue adoptado tras la crisis financiera.
La venta se organizó en menos de 24 horas y se produjo tras una reciente aceleración en el retiro de depósitos, que según dos personas con conocimiento del tema alcanzó en las últimas semanas los 18.000 millones de euros, lo que equivale a casi una cuarta parte del total.
En contraste con crisis anteriores, la apresurada venta de Popular, que se anunció a las 0430 GMT, no asustó a los mercados y las acciones de los bancos subían en Europa.
"Este acuerdo es bueno para España y es bueno para Europa", dijo la presidenta de Santander, Ana Botín, sobre un pacto que rompe el molde de usar dinero de los contribuyentes, en lugar de imponer pérdidas a los accionistas y a los acreedores del banco.
El BCE, por su parte, dijo que hubo un "deterioro significativo de la situación de liquidez del banco en los últimos días" y que en un futuro próximo Popular habría sido "incapaz de pagar sus deudas".
Hasta 2.000 millones de euros al día fueron sacados del banco por los ahorristas la semana pasada, dijo otra fuente a Reuters.
A diferencia de Italia, que ha lidiado por años con los problemas en su sector bancario, la reacción de España fue rápida y no generó grandes fluctuaciones en los mercados, un contraste con la crisis bancaria de 2008.
"Esto no debería plantear ningún problema real para otros bancos", dijo Laurent Frings, jefe de investigación crediticia de Aberdeen Asset Management. "Pero sí demuestra que existe un riesgo real de invertir en estos nombres de segundo nivel".