Bruselas, 18 Abr (Notimex).- Hacer los desplazamientos diarios en bicicleta no es costumbre en Bélgica, donde la mayoría de las ciudades carece de infraestructuras específicas para los ciclistas y los terrenos accidentados y el mal tiempo predominante frenan el ímpetu de muchos.
Sin embargo, en los último 10 años el gobierno federal y las administraciones locales se han esforzado por cambiar los hábitos de la sociedad, presionados por problemas cada vez más graves de movilidad y por la obligación asumida en el seno de la Unión Europea de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En Bruselas, el último plan de sensibilización y desarrollo de infraestructuras ciclables tenía como objetivo reducir la circulación de automóviles en 20 por ciento de cara a 2018 y aumentar en el mismo ritmo los desplazamientos en bicicleta.
Datos de la Secretaría de Movilidad de la capital indican que, aunque 37 por ciento de los hogares tenía al menos una bicicleta de adulto en 2005, sólo 2.0 por ciento de los residentes de Bruselas (16 mil personas) la usaba como medio de transporte cotidiano.
La cifra llega ahora a 10 por ciento, la mitad de la meta establecida para dentro de un año. Para alcanzar su objetivo, la capital delimitó ciclovías en todas las principales calles, construyó estacionamientos para bicicletas vecinos a las estaciones de metro y tren, y dobló el alcance de la red de bicicletas compartidas entre 2005 y 2010.
La red cuenta con 360 estaciones con un total de cinco mil bicicletas, alquiladas más de 1.5 millones de veces en 2016, un aumento de 4.6 por ciento en comparación con 2015.
A nivel nacional, el uso de la bicicleta aumentó en 21 por ciento entre 2005 y 2014, de acuerdo con la Secretaría federal de Movilidad y Transporte.
Aunque el coche sigue siendo el modo de transporte más utilizado, preferido por el 65.6 por ciento de los trabajadores, casi el 10 por ciento de ellos ahora van al trabajo en bicicleta.