ESPECIAL. – El auto en el que se transporta el presidente de los Estados Unidos no es cualquiera, pues se trata de un auténtico tanque disfrazado de limusina.
Un Cadillac One construido por General Motors tiene las labores de seguridad, comodidad y hasta atención médica para el mandatario en turno del país más poderoso del mundo.
Los datos que rodean a esta joya de la tecnología marean: su peso es de más de 9 mil kilos, está blindada y construida a partir del chasis modificado de un Chevrolet Kodiak, un camión pesado de General Motors. Forma parte de un encargo de 12 limusinas que se hizo en 2014 y por el que la administración norteamericana ha desembolsado casi 16 millones de dólares, lo que significa que cada unidad cuesta 1,31 millones; al cambio, 1,12 millones de euros cada coche.
Además, el vehículo también llamado “La Bestia”, está equipado hasta los dientes pues cuenta con protección para ataques químicos, bolsas con sangre del presidente en caso de accidente y cañones de gas lacrimógeno, entre otros accesorios.
No se conocen todos los detalles técnicos del Cadillac por motivos de seguridad, pero se sabe que las puertas son tan pesadas como las de una cabina de piloto de un Boeing 757.
Como si de un Aston Martin perteneciente a James Bond se tratara, este sedán (muy similar al Cadillac CT6, además de plenamente fortificado) está equipado con gadgets que permiten arrojar una cortina de humo o disparar en caso de alerta terrorista, según ha revelado NBC News.
El cuartel sobre ruedas que conduce a Donald Trump por el mundo fue un deseo expreso del magnate neoyorquino, que no quiso utilizar el vehículo que dejaron sus predecesores Barack Obama y George W. Bush. Quizá por evitar sucesos embarazosos como el que sufrió la limusina en Irlanda.
Sin embargo, el interior de la limusina es parecido al del auto presidencial de su homólogo demócrata: conexión por satélite con el Pentágono y con el vicepresidente Mike Pence. Un detalle distinto está en el tanque de nafta, recubierto por una capa de espuma que lo aísla del resto del vehículo en caso de colisión.
El Cadillac One ronda las siete toneladas de peso, es decir, tanto como un elefante de tres metros de altura. Trump lo paseó en sus viajes por Asia, Europa y América.
La parte de debajo del automóvil está reforzada con una placa de acero preparada para soportar la explosión de una granada. Además, "La Bestia" puede responder. Junto a los botes de gas lacrimógeno, tiene una escopeta con acción de bombeo; un arma con un sistema de recarga simple y veloz.
El automóvil tiene capacidad para siete personas. Los asientos delanteros poseen una consola con un centro de comunicaciones. Una pantalla de cristal divide la parte frontal con la posterior, siendo únicamente activada desde el mando presidencial. Los tres asientos posteriores que miran hacia el fondo cuentan con la posibilidad de ser plegados. Los dos asientos posteriores están reservados para el presidente y un acompañante, pudiendo reclinarse individualmente.
Una mesa plegable se encuentra entre estas dos filas de asientos. Los compartimientos del interior contienen un equipo de comunicaciones que interfiere las señales de celular en un amplio rango. En caso de que el mandatario sufra un atentado, en el interior del vehículo hay almacenada sangre del mandatario para transfusiones de emergencia. El servicio secreto es el que se refiere en primera instancia al vehículo con el nombre de la Bestia.
En las giras nacionales, el Cadillac One muestra la bandera presidencial y la nacional estadounidense, que son iluminadas por lámparas direccionales en el vehículo. Cuando el presidente realiza una visita de estado al extranjero, la bandera presidencial es remplazada por la del país anfitrión. La limusina es transportada vía aérea, para las actividades nacionales e internacionales, en un C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
La Bestia tiene un valor estimado en millón y medio de dólares, aunque se desconoce el monto exacto de lo que tuvo que desembolsar Estados Unidos para montar tal tanque.
DATOS PUNTUALES QUE HACEN A LA BESTIA UN VEHÍCULO DE OTRO MUNDO
Usa una combinación de armaduras de acero, aluminio y cerámica, cada una enfocada en un tipo diferente de amenaza. El coche está totalmente sellado por lo que soporta ataques químicos, biológicos y atómicos. Se cree que las paredes tienen un grosos de 8 pulgadas. Cuenta con ventanas multicapa de cinco pulgadas antibalas. Incluye un sistema de visión nocturna. Cuenta con equipo médico incluyendo sangre del presidente, que puede ser usada ante cualquier emergencia. Cuenta con una oficina de comunicaciones que está directamente vinculada a un satélite militar.cog
ESPECIAL. – El auto en el que se transporta el presidente de los Estados Unidos no es cualquiera, pues se trata de un auténtico tanque disfrazado de limusina.
Un Cadillac One construido por General Motors tiene las labores de seguridad, comodidad y hasta atención médica para el mandatario en turno del país más poderoso del mundo.
Los datos que rodean a esta joya de la tecnología marean: su peso es de más de 9 mil kilos, está blindada y construida a partir del chasis modificado de un Chevrolet Kodiak, un camión pesado de General Motors. Forma parte de un encargo de 12 limusinas que se hizo en 2014 y por el que la administración norteamericana ha desembolsado casi 16 millones de dólares, lo que significa que cada unidad cuesta 1,31 millones; al cambio, 1,12 millones de euros cada coche.
Además, el vehículo también llamado “La Bestia”, está equipado hasta los dientes pues cuenta con protección para ataques químicos, bolsas con sangre del presidente en caso de accidente y cañones de gas lacrimógeno, entre otros accesorios.
No se conocen todos los detalles técnicos del Cadillac por motivos de seguridad, pero se sabe que las puertas son tan pesadas como las de una cabina de piloto de un Boeing 757.
Como si de un Aston Martin perteneciente a James Bond se tratara, este sedán (muy similar al Cadillac CT6, además de plenamente fortificado) está equipado con gadgets que permiten arrojar una cortina de humo o disparar en caso de alerta terrorista, según ha revelado NBC News.
El cuartel sobre ruedas que conduce a Donald Trump por el mundo fue un deseo expreso del magnate neoyorquino, que no quiso utilizar el vehículo que dejaron sus predecesores Barack Obama y George W. Bush. Quizá por evitar sucesos embarazosos como el que sufrió la limusina en Irlanda.
Sin embargo, el interior de la limusina es parecido al del auto presidencial de su homólogo demócrata: conexión por satélite con el Pentágono y con el vicepresidente Mike Pence. Un detalle distinto está en el tanque de nafta, recubierto por una capa de espuma que lo aísla del resto del vehículo en caso de colisión.
El Cadillac One ronda las siete toneladas de peso, es decir, tanto como un elefante de tres metros de altura. Trump lo paseó en sus viajes por Asia, Europa y América.
La parte de debajo del automóvil está reforzada con una placa de acero preparada para soportar la explosión de una granada. Además, "La Bestia" puede responder. Junto a los botes de gas lacrimógeno, tiene una escopeta con acción de bombeo; un arma con un sistema de recarga simple y veloz.
El automóvil tiene capacidad para siete personas. Los asientos delanteros poseen una consola con un centro de comunicaciones. Una pantalla de cristal divide la parte frontal con la posterior, siendo únicamente activada desde el mando presidencial. Los tres asientos posteriores que miran hacia el fondo cuentan con la posibilidad de ser plegados. Los dos asientos posteriores están reservados para el presidente y un acompañante, pudiendo reclinarse individualmente.
Una mesa plegable se encuentra entre estas dos filas de asientos. Los compartimientos del interior contienen un equipo de comunicaciones que interfiere las señales de celular en un amplio rango. En caso de que el mandatario sufra un atentado, en el interior del vehículo hay almacenada sangre del mandatario para transfusiones de emergencia. El servicio secreto es el que se refiere en primera instancia al vehículo con el nombre de la Bestia.
En las giras nacionales, el Cadillac One muestra la bandera presidencial y la nacional estadounidense, que son iluminadas por lámparas direccionales en el vehículo. Cuando el presidente realiza una visita de estado al extranjero, la bandera presidencial es remplazada por la del país anfitrión. La limusina es transportada vía aérea, para las actividades nacionales e internacionales, en un C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
La Bestia tiene un valor estimado en millón y medio de dólares, aunque se desconoce el monto exacto de lo que tuvo que desembolsar Estados Unidos para montar tal tanque.
DATOS PUNTUALES QUE HACEN A LA BESTIA UN VEHÍCULO DE OTRO MUNDO
- Usa una combinación de armaduras de acero, aluminio y cerámica, cada una enfocada en un tipo diferente de amenaza.
- El coche está totalmente sellado por lo que soporta ataques químicos, biológicos y atómicos.
- Se cree que las paredes tienen un grosos de 8 pulgadas.
- Cuenta con ventanas multicapa de cinco pulgadas antibalas.
- Incluye un sistema de visión nocturna.
- Cuenta con equipo médico incluyendo sangre del presidente, que puede ser usada ante cualquier emergencia.
- Cuenta con una oficina de comunicaciones que está directamente vinculada a un satélite militar.
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