MIAMI. — El Banco Interamericano de Desarrollo actuará como garante de los países de América Latina y el Caribe en las negociaciones bilaterales que mantengan con las compañías farmacéuticas para obtener vacunas contra COVID-19, dijo este jueves su presidente.
Al ofrecerse como garante financiero, el BID busca facilitar un acceso equitativo a las vacunas en la región, acelerar la inmunización y la recuperación económica, y mitigar los riesgos para que las compañías farmacéuticas quieran hacer negocios en Latinoamérica y el Caribe.
Además, el banco brindará asesoramiento para que los países implementen cambios legislativos o regulatorios que faciliten la adquisición y distribución de las vacunas.
“Obviamente hay una clara correlación entre las vacunas y su distribución eficiente, efectiva y equitativa, y la recuperación económica”, expresó Mauricio Claver-Carone, presidente del BID.
“Necesitamos que las vacunas lleguen a la región para salvar vidas e impulsar el crecimiento económico y la recuperación”.
Claver-Carone efectuó el anuncio en una rueda de prensa virtual que tuvo lugar en momentos en que las Américas siguen siendo el epicentro mundial de la pandemia, con más de 52 millones de infectados y más de 1,2 millón de muertes, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
El impacto económico ha sido devastador en la región, que enfrenta su peor crisis económica en 120 años, con una contracción mayor al 7 por ciento en 2020 y un crecimiento previsto de 3,7 por ciento para 2021 que no alcanzará para recuperar los niveles anteriores a la pandemia, según la Comisión Económica para América y El Caribe (CEPAL).
La pandemia también ha sacado a la luz las desigualdades.
A través de acuerdos bilaterales con las compañías farmacéuticas, algunos países desarrollados han acaparado gran parte de las vacunas, cuya producción y abastecimiento sigue siendo limitado.
El resto depende en gran parte de donaciones y de COVAX, un mecanismo creado por varias organizaciones internacionales para ofrecer una canasta de vacunas a precios más accesibles a todos los países de manera equitativa.
COVAX aspira a entregar más de 26 millones de dosis de vacunas en la región hasta mayo, pero hasta ahora solo un puñado de países las han recibido.
Para asegurarse más dosis, algunos de los países han negociado acuerdos bilaterales con las farmacéuticas, pero se han enfrentado con una montaña de condiciones impuestas por las compañías, dijo Claver-Carone.
Por eso, explicó, es clave el papel de garante financiero que ofrecerá el BID, que también trabaja junto a la OPS para otorgar financiamiento a países que tienen dificultades pagar las vacunas de COVAX.
Claver-Carone añadió que la garantía ayudará a los países a mejorar su competitividad para obtener las vacunas y contribuirá a resolver uno de los obstáculos claves en las negociaciones con los laboratorios: las preocupaciones sobre cómo reducir el costo potencial de una indemnización.
Según el director del BID, varios países de la región le han expresado las dificultades que enfrentan en las negociaciones con las farmacéuticas.
El primero de ellos fue Perú: hace cerca de un mes, el presidente interino Francisco Sagasti le contó que en las negociaciones esas compañías demandaban cláusulas de indemnización y la creación de un fideicomiso para garantizar cualquier tipo de riesgos de responsabilidad en los países, además de nuevos marcos regulatorios.
“Esto ayudará tanto a los países como a los fabricantes de vacunas a resolver obligaciones de indemnización o a quitar obstáculos claves en las negociaciones de contratos de vacunas”, dijo Claver-Carone refiriéndose a la garantía financiera del BID, una especie de póliza de seguro.
A finales de diciembre de 2020, el BID anunció que destinaba mil millones de dólares para ayudar a los países de Latinoamérica y el Caribe a adquirir y distribuir vacunas contra COVID-19. La garantía funcionará con esos fondos, pero habrá posibilidad de conseguir más si fuera necesario, dijo Claver-Carone.
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