El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha utilizado el asunto del aborto como un estandarte para conseguir movilizar a la base democrática a un poco más de dos semanas de las elecciones legislativas, que aparentemente son las más parejas y polarizadas recientemente.
“Si quieren proteger el derecho de una mujer a elegir, entonces tienen que votar. Por eso estas elecciones son tan importantes”, dijo Biden en un discurso en el teatro Howard de Washington, realizado el 18 de octubre.
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Biden prometió que si su parte logra ampliar la mayoría en el Congreso, lo primero que hará será solicitar la aprobación de una ley que proteja el derecho al aborto a nivel federal después de que fuera revocado en junio por el Tribunal Supremo.
A través de recientes encuestas, los estadounidenses están ahora más preocupados por el estado de la economía que por el derecho al aborto, lo que podría beneficiar a los republicanos en la votación.
Por lo anterior, Joe Biden solicitó a los estadounidenses que no se olviden del “enfado” y “miedo” que sintieron después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos aboliera el fallo “Roe contra Wade”, que desde 1973 protegía el derecho de la mujer a elegir.
Cabe señalar que desde que el Tribunal Supremo acabó con la protección federal al aborto en junio del presente año, 12 de los 50 estados del país han prohibido completamente este procedimiento, según Planned Parenthood, la organización que gestiona la mayor red de clínicas de salud reproductiva en Estados Unidos.
La Casa Blanca multiplica el discurso, en un intento por contradecir los pronósticos de los comicios del 8 de noviembre. Y es que el partido en el poder suele sufrir un golpe de este tipo de elecciones celebradas cada dos años para renovar los escaños de la Cámara de Representantes, parte del Senado y gobernadores. Este año, los demócratas se enfrentan a una ola de descontento debido a la impopularidad del presidente, la situación económica pospandemia y los problemas de género y el aborto.
AA