Bombarderos estratégicos rusos con capacidad nuclear llevaron a cabo una inusual misión cerca de la Península de Corea al mismo tiempo que Estados Unidos y Corea del Sur realizan ejercicios militares conjuntos que han molestado a Pyongyang.
Rusia, que es contraria a cualquier acción militar unilateral de Estados Unidos en la península, dijo que varios bombarderos Tupolev-95MS -conocidos como "Osos" en la jerga de la OTAN- volaron sobre el Océano Pacífico, el Mar de Japón, el Mar Amarillo y el Mar de la China Oriental, lo que llevó a Tokio y a Seúl a enviar cazas para escoltarlos.
La misión, que también incluyó aviones con capacidad de recolectar información de inteligencia, se realizó sobre aguas internacionales y fue anunciado por el Ministerio de Defensa el mismo día que Moscú reclamó por los ejercicios entre Estados Unidos y Corea del Sur.
"La realización de más ejercicios militares y navales a gran escala por parte de Estados Unidos yCorea del Sur no ayuda a reducir las tensiones en la Península de Corea", dijo Maria Zakharova, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante una rueda de prensa en Moscú.
"Instamos a todas las partes a tener la máxima precaución. Dada la escalada armamentística en la región, cualquier movimiento brusco o incluso un accidente no intencional podría desencadenar un conflicto militar", añadió.
En Pekín, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, no se refirió específicamente a la misión rusa cuando fue consultada al respecto, reiterando que China espera que todas las partes puedan retomar rápidamente el diálogo y resolver pacíficamente la situación.
Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron el lunes los ejercicios militares, que habían sido planeados con antelación, elevando las tensiones con Pyongyang, que dijo que la actividad era un paso "imprudente" hacia el conflicto nuclear.
Algunos expertos militares consideran que los bombarderos rusos que hicieron el vuelo sobre la Península de Corea son reliquias de la Guerra Fría. No obstante, Rusia modernizó sus aviones desde la caída de la Unión Soviética y desde 2007 los ha usado para respaldar su política exterior con demostraciones de fuerza y exploraciones de los espacios aéreos de otros países.