MANILA. — Presuntos extremistas islámicos detonaron dos bombas el lunes en un pueblo del sur de las Filipinas, matando al menos a 11 soldados y civiles pese a la aplicación de estrictas medidas de seguridad debido a amenazas del grupo Abu Sayyaf, informaron las autoridades.
Casi 40 soldados, policías y civiles resultaron heridos en los ataques, dijeron funcionarios militares y policiales.
Al menos cinco soldados y cuatro civiles murieron en el primer ataque, cuando una bomba adherida a una motocicleta estalló al mediodía cerca de dos camiones del Ejército estacionados frente a una tienda de comestibles y una tienda de cómputo en el poblado Jolo en la provincia Sulu, dijo el teniente general Corleto Vinluan, comandante militar regional.
“Se trató de un dispositivo explosivo improvisado transportado en un vehículo que estalló mientras nuestros soldados hacían compras”, les dijo a reporteros.
Una segunda explosión cerca de allí, aparentemente provocada por una atacante suicida, ocurrió aproximadamente una hora después y en ella murieron la agresora y un soldado, indicó un informe militar.
El teniente coronel Ronald Mateo, portavoz militar, dijo que un séptimo soldado también murió en los atentados, pero no dio más detalles.
Se reportó que una tercera bomba sin estallar fue hallada en un mercado público. De inmediato las fuerzas armadas y la policía restringieron el acceso a Jolo.
En fotografías a las que The Associated Press tuvo acceso era posible ver a soldados que cargaban a un hombre desde el sitio de la explosión cerca de un camión del Ejército. Otra víctima yacía sobre el camino.
La primera bomba estalló cerca de una plaza del pueblo y una catedral católica en la provincia predominantemente musulmana. En la región sur del país vive una minoría musulmana, y desde hace décadas ha habido agitación islámica separatista, especialmente en provincias alejadas como Jolo. La mayor parte de la población de las Filipinas es católica.
Hasta el momento nadie se había responsabilizado del ataque, pero autoridades militares culparon a un comandante de Abu Sayyaf, Mundi Sawadjaan.
Las fuerzas armadas han estado librando una ofensiva de meses contra Abu Sayyaf, una organización pequeña afiliada al grupo Estado Islámico que ha cometido atentados, secuestros y decapitaciones.
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MANILA. — Presuntos extremistas islámicos detonaron dos bombas el lunes en un pueblo del sur de las Filipinas, matando al menos a 11 soldados y civiles pese a la aplicación de estrictas medidas de seguridad debido a amenazas del grupo Abu Sayyaf, informaron las autoridades.
Casi 40 soldados, policías y civiles resultaron heridos en los ataques, dijeron funcionarios militares y policiales.
Al menos cinco soldados y cuatro civiles murieron en el primer ataque, cuando una bomba adherida a una motocicleta estalló al mediodía cerca de dos camiones del Ejército estacionados frente a una tienda de comestibles y una tienda de cómputo en el poblado Jolo en la provincia Sulu, dijo el teniente general Corleto Vinluan, comandante militar regional.
“Se trató de un dispositivo explosivo improvisado transportado en un vehículo que estalló mientras nuestros soldados hacían compras”, les dijo a reporteros.
Una segunda explosión cerca de allí, aparentemente provocada por una atacante suicida, ocurrió aproximadamente una hora después y en ella murieron la agresora y un soldado, indicó un informe militar.
El teniente coronel Ronald Mateo, portavoz militar, dijo que un séptimo soldado también murió en los atentados, pero no dio más detalles.
Se reportó que una tercera bomba sin estallar fue hallada en un mercado público. De inmediato las fuerzas armadas y la policía restringieron el acceso a Jolo.
En fotografías a las que The Associated Press tuvo acceso era posible ver a soldados que cargaban a un hombre desde el sitio de la explosión cerca de un camión del Ejército. Otra víctima yacía sobre el camino.
La primera bomba estalló cerca de una plaza del pueblo y una catedral católica en la provincia predominantemente musulmana. En la región sur del país vive una minoría musulmana, y desde hace décadas ha habido agitación islámica separatista, especialmente en provincias alejadas como Jolo. La mayor parte de la población de las Filipinas es católica.
Hasta el momento nadie se había responsabilizado del ataque, pero autoridades militares culparon a un comandante de Abu Sayyaf, Mundi Sawadjaan.
Las fuerzas armadas han estado librando una ofensiva de meses contra Abu Sayyaf, una organización pequeña afiliada al grupo Estado Islámico que ha cometido atentados, secuestros y decapitaciones.
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