Brigadas campesinas que enfrentaron a rebeldes en Perú frenan coronavirus a latigazos

Las Rondas Campesinas son grupos de personas elegidas en una asamblea por un pueblo que según sus costumbres resuelven casos peculiares como infidelidades y robos de gallinas, o castigan a alcaldes, jueces y otros malos funcionarios.

Brigadas campesinas que enfrentaron a rebeldes en Perú frenan coronavirus a latigazos
Nacional /

LIMA. - Brigadas campesinas que se enfrentaron contra grupos rebeldes de izquierda hace tres décadas ahora ayudan a frenar el coronavirus a punta de latigazos en zonas andinas de Perú, mientras los contagios se desbordan en la costa y en la Amazonía.

Con casi 230 mil casos de coronavirus y alrededor de 6 mil 700 muertos en todo el país, la propagación del virus ha sido mucho menor en regiones andinas, donde organizaciones populares llamadas Rondas Campesinas imponen el orden con duros castigos.

"De acuerdo al delito se puede castigar con latigazos", dijo Aladino Fernández, presidente de estas rondas de Cajamarca, en diálogo telefónico. "Un delito grave con unos 15 latigazos".

Las Rondas Campesinas son grupos de personas elegidas en una asamblea por un pueblo que según sus costumbres resuelven casos peculiares como infidelidades y robos de gallinas, o castigan a alcaldes, jueces y otros malos funcionarios.

Luego de su creación en los años 70, las rondas se expandieron a zonas rurales altoandinas por todo el país, donde el Estado está ausente. En las ciudades y zonas urbanas son los policías y jueces quienes hacen cumplir la ley y el orden.

Tras decretarse una cuarentena en marzo por el coronavirus, las rondas campesinas de Cajamarca, ubicada en la parte norte central del país, cerraron sus fronteras e impusieron el cumplimiento del aislamiento social en la población.

CASTIGOS SIN DISTINCIÓN

El ministro de Defensa, Walter Martos, dijo recientemente que la pandemia está controlada en la zona. A la fecha Cajamarca tiene mil 279 casos y 16 muertes, en una población de 1,3 millones de habitantes, una de las regiones más pobladas del país.

En la sureña Puno, con 1,2 millones de habitantes, hay 566 contagios y 13 fallecidos. En esa región las rondas también tomaron el control tras el inicio de la cuarentena.

"Para que la persona se corrija, según nuestros abuelos, tiene que ser tres chicotazos (latigazos), tiene que ser impar, si son dos la persona no se corrige, esa es la creencia", dijo Vinter Apaza, presidente de rondas campesinas de Puno.

Durante la cuarentena, las rondas han castigado también a alcaldes, policías corruptos y directores de salud que incumplían la inmovilización obligatoria, según medios locales.

Aunque sus detractores dicen que estas organizaciones hacen uso de la violencia, sus actividades están reconocidas por las leyes peruanas y jugaron un rol importante en la lucha contra insurgentes del grupo maoísta de Sendero Luminoso, que quiso llegar al poder con las armas a fines del siglo pasado.

En la lucha contra la pandemia, las autoridades de Perú han tenido dificultades para hacer cumplir las restricciones en las ciudades de la costa y la Amazonía, por lo que impusieron medidas más estrictas que en el resto del país.

Sin embargo, regiones costeras como Lima, Piura y Lambayeque cuentan entre miles y centenares de fallecidos, con hospitales desbordados y escasez de medicamentos y oxígeno.

Lima, con casi un tercio de los 32 millones de habitantes de Perú, concentra el 60% de todos los contagios en el país.

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LIMA. - Brigadas campesinas que se enfrentaron contra grupos rebeldes de izquierda hace tres décadas ahora ayudan a frenar el coronavirus a punta de latigazos en zonas andinas de Perú, mientras los contagios se desbordan en la costa y en la Amazonía.

Con casi 230 mil casos de coronavirus y alrededor de 6 mil 700 muertos en todo el país, la propagación del virus ha sido mucho menor en regiones andinas, donde organizaciones populares llamadas Rondas Campesinas imponen el orden con duros castigos.

"De acuerdo al delito se puede castigar con latigazos", dijo Aladino Fernández, presidente de estas rondas de Cajamarca, en diálogo telefónico. "Un delito grave con unos 15 latigazos".

Las Rondas Campesinas son grupos de personas elegidas en una asamblea por un pueblo que según sus costumbres resuelven casos peculiares como infidelidades y robos de gallinas, o castigan a alcaldes, jueces y otros malos funcionarios.

Luego de su creación en los años 70, las rondas se expandieron a zonas rurales altoandinas por todo el país, donde el Estado está ausente. En las ciudades y zonas urbanas son los policías y jueces quienes hacen cumplir la ley y el orden.

Tras decretarse una cuarentena en marzo por el coronavirus, las rondas campesinas de Cajamarca, ubicada en la parte norte central del país, cerraron sus fronteras e impusieron el cumplimiento del aislamiento social en la población.

CASTIGOS SIN DISTINCIÓN

El ministro de Defensa, Walter Martos, dijo recientemente que la pandemia está controlada en la zona. A la fecha Cajamarca tiene mil 279 casos y 16 muertes, en una población de 1,3 millones de habitantes, una de las regiones más pobladas del país.

En la sureña Puno, con 1,2 millones de habitantes, hay 566 contagios y 13 fallecidos. En esa región las rondas también tomaron el control tras el inicio de la cuarentena.

"Para que la persona se corrija, según nuestros abuelos, tiene que ser tres chicotazos (latigazos), tiene que ser impar, si son dos la persona no se corrige, esa es la creencia", dijo Vinter Apaza, presidente de rondas campesinas de Puno.

Durante la cuarentena, las rondas han castigado también a alcaldes, policías corruptos y directores de salud que incumplían la inmovilización obligatoria, según medios locales.

Aunque sus detractores dicen que estas organizaciones hacen uso de la violencia, sus actividades están reconocidas por las leyes peruanas y jugaron un rol importante en la lucha contra insurgentes del grupo maoísta de Sendero Luminoso, que quiso llegar al poder con las armas a fines del siglo pasado.

En la lucha contra la pandemia, las autoridades de Perú han tenido dificultades para hacer cumplir las restricciones en las ciudades de la costa y la Amazonía, por lo que impusieron medidas más estrictas que en el resto del país.

Sin embargo, regiones costeras como Lima, Piura y Lambayeque cuentan entre miles y centenares de fallecidos, con hospitales desbordados y escasez de medicamentos y oxígeno.

Lima, con casi un tercio de los 32 millones de habitantes de Perú, concentra el 60% de todos los contagios en el país.

 

 

 

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