La ciudadana alemana Beate Zschäpe fue sentenciada hoy a cadena perpetua por participar en el asesinato de ciudadanos turcos y griegos residentes en este país, como parte de una célula neonazi y xenófoba.
El juicio concentró enorme atención de la opinión pública porque quedó de manifiesto que las autoridades policiales del país europeo actuaron a "ciegas del ojo derecho", es decir, a pesar de las pistas y huellas nunca reconocieron o no quisieron ver que se trataba de una serie de asesinatos con trasfondo político de extrema derecha.
El Partido Socialdemócrata, que integra la coalición que gobierna Alemania, expresó en el Bundestag (parlamento) satisfacción por las setencias que este miércoles se dieron a conocer en el Tribunal Superior de Munich, pero demandó que se siga investigando a posibles cómplices.
Su portavoz, el legislador Uli Grlstsch, declaró este miércoles en Berlín que hay todavía una red clandestina neonazi bien constituida que sigue actuando en la sombra. Advirtió que en cualquier momento se puede volver a producir una serie de atentados xenófobos y racistas.
Los asesinatos de ocho turcos y de un griego en diversas ciudades del país entre 2000 y 2007 fueron perpetrados con la misma pistola, que les consiguió uno de los cómplices del grupo.
La policía vio en los asesinatos un ajuste de cuentas entre turcos y no hizo mayores investigaciones. Se trataba de gente con trabajo o propietaria de pequeños negocios.
Es la primera vez en mucho tiempo que la ley alemana condena a un miembro de una organización armada neonazi, sin que esa persona haya participado personalmente apretando el gatillo o lanzando directamente una bomba contra las víctimas.
El juicio ha tenido una duración de cinco años y a pesar de que hoy se dio a conocer el veredicto contra Beate Zschäpe, el proceso judicial aún no ha concluido del todo. Los abogados de la inculpada informaron este miércoles que solicitarán revisión de la sentencia (apelación del veredicto).
El Tribunal Superior de Munich informó al dar a conocer la sentencia que sobre Beate Zschäpe pesa una culpa particularmente grave.
Los otros dos miembros que encabezaron la célula NSU (Clandestinidad Neonazi) junto con Zchäpe, Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos se suicidaron en 2011 cuando llegaron a la conclusión de que habían sido descubiertos.
Beate Zschäpe fue la única que quedó con vida, de un total de cinco miembros de la célula neonazi. En los medios sensacionalistas de la prensa se le puso el apodo de "La novia nazi".
Los colaboradores restantes fueron sentenciados a entre dos años y medio y diez años de cárcel por haber apoyado a los principales autores con diversos servicios.
Beate Zschäpe no tiene derecho a libertad bajo caución. Se declaró inocente y argumentó en su presentación en la sala de juicios la semana pasada que la ideología de extrema derecha ya no representaba nada para ella.
Negó asimismo que hubiera tenido conocimiento de los asesinatos y pidió que no se le condenara. Sin embargo, a lo largo del juicio quedó de manifiesto que Zschäpe tuvo un papel protagónico y dirigente.
Los familiares de los ocho turcos y un griego que fueron objeto de los atentados de la célula neonazi expresaron en una rueda de prensa su descontento con el juicio y apuntaron que muchas de sus interrogantes quedaron sin respuesta.
Consideraron que hubo manipulaciones de diversas autoridades policiales para que no salieran a la luz los fallos y las omisiones que cometieron para no investigar un posible motivo político. Hubo incluso documentos que fueron destruidos.