STERLING. - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo el sábado su primera salida para jugar golf desde que comenzó la pandemia de coronavirus, al visitar un club en las afueras de Washington en un intento deliberado por mostrar un aire de normalidad en sus rutinas.
En un soleado día de primavera, una caravana llevó al presidente desde la Casa Blanca al Trump National Golf Club y pudo vérsele vistiendo una gorra azul y una camiseta blanca de polo.
Fue la primera vez que Trump visitó a un club de golf desde el 8 de marzo, cuando acudió a uno de sus centros deportivos en West Palm Beach, Florida.
Ese fin de semana Trump se reunió en su propiedad de Mar-a-Lago con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, cuyo secretario de prensa arrojó positivo en las pruebas de COVID-19 poco después.
Algunos empleados de la Casa Blanca que habían estado en contacto con el funcionario brasileño tuvieron que someterse a una cuarentena en esa ocasión pero ninguno de ellos resultó contagiado.
Trump quiere promover la idea de que Estados Unidos está regresando a la normalidad, aunque la cifra diaria de muertes por coronavirus sigue subiendo y se espera que supere los 100 mil en los próximos días.
La jefa del panel de coordinación ante la pandemia en el equipo de Trump, Deborah Birx, dijo el viernes en rueda de prensa que durante el fin de semana largo por el Día de los Caídos los estadounidenses deberían "estar afuera, jugar golf, tenis, ir a la playa: pero mantenerse a seis pies de distancia".
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STERLING. - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo el sábado su primera salida para jugar golf desde que comenzó la pandemia de coronavirus, al visitar un club en las afueras de Washington en un intento deliberado por mostrar un aire de normalidad en sus rutinas.
En un soleado día de primavera, una caravana llevó al presidente desde la Casa Blanca al Trump National Golf Club y pudo vérsele vistiendo una gorra azul y una camiseta blanca de polo.
Fue la primera vez que Trump visitó a un club de golf desde el 8 de marzo, cuando acudió a uno de sus centros deportivos en West Palm Beach, Florida.
Ese fin de semana Trump se reunió en su propiedad de Mar-a-Lago con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, cuyo secretario de prensa arrojó positivo en las pruebas de COVID-19 poco después.
Algunos empleados de la Casa Blanca que habían estado en contacto con el funcionario brasileño tuvieron que someterse a una cuarentena en esa ocasión pero ninguno de ellos resultó contagiado.
Trump quiere promover la idea de que Estados Unidos está regresando a la normalidad, aunque la cifra diaria de muertes por coronavirus sigue subiendo y se espera que supere los 100 mil en los próximos días.
La jefa del panel de coordinación ante la pandemia en el equipo de Trump, Deborah Birx, dijo el viernes en rueda de prensa que durante el fin de semana largo por el Día de los Caídos los estadounidenses deberían "estar afuera, jugar golf, tenis, ir a la playa: pero mantenerse a seis pies de distancia".
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