NUEVA YORK.- “El Chapo era mi jefe y por él traficaba cocaína”, dijo Miguel Ángel Martínez y Martínez, piloto del cártel de Sinaloa y nuevo testigo contra Joaquín Guzmán Loera en su juicio en Estados Unidos.
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Martínez y Martínez es el nuevo testigo protegido, por quien Estados Unidos pidió no ser dibujado.
Ante las preguntas del fiscal Michael Robotti, Martínez y Martínez relató que de 1986 a 1997 sirvió al cártel de Sinaloa, en un inicio bajo las órdenes de Joaquín Guzmán, hasta que fue detenido en 1993.
El testigo colaborador de Estados Unidos dijo que la organización criminal se interesó en él cuando supo que era piloto y contrabandeaba productos de Estados Unidos.
Narró que después de un mal aterrizaje, El Chapo le asignó nuevas funciones como contacto con los cárteles colombianos.
Dijo que a partir de 1987, coordinó el envío y recepción de toneladas de droga que Guzmán Loera y los hermanos Héctor y Arturo Beltrán Leyva recibían en Cumpa, población cercana a Agua Prieta, Sonora. De ahí, toda la droga era enviada a Los Ángeles, California.
El piloto, quien se convirtió en compadre de El Chapo, aseguró que el acuerdo era que los colombianos exigían un retorno de 55 por ciento de las ganancias y 45 por ciento restante era para Joaquín Guzmán Loera.
Miguel Ángel Martínez también contó cómo a partir de 1987 abrieron oficinas en el entonces Distrito Federal (Ciudad de México).
A El Chapo le dijeron que en la capital estaba todo el contacto con la policía. Para eso, utilizaban al licenciado Humberto Loya Castro, quien siempre trabajó en esas oficinas que llegaron a ser más de siete, pues solían cambiar de sitio para no dejar huella.
El testimonio de este testigo protegido continuará toda la tarde del lunes en la sala del juez Brian Cogan, en la Corte Federal de Brooklyn.
IH