HONG KONG. - Tras meses de disturbios muchas veces violentos en Hong Kong, unas elecciones locales con una participación récord entregaron una victoria contundente a los candidatos pro democracia, lo que plantea nuevos problemas para China y aumenta la presión sobre la líder de la ciudad.
En el periodo previo a las elecciones del domingo en toda la ciudad se produjeron graves enfrentamientos entre la policía antidisturbios y los manifestantes antigubernamentales que se habían atrincherado en varias universidades.
La muerte de un manifestante después de una caída y el disparo de un policía a otro a quemarropa exacerbaron en parte los choques.
Sin embargo, el domingo, en un inusual paréntesis de calma, casi tres millones de personas -alrededor de las tres cuartas partes de los votantes- hicieron fila en un día otoñal para ejercer sus derechos democráticos, y los candidatos a favor de la democracia finalmente obtuvieron casi 400 de los 452 escaños.
En las últimas elecciones, hace cuatro años, sólo ganaron 100 concejales de distrito.
"La mayoría de la gente piensa que el millón de votantes adicionales salieron a enviar un mensaje político al Gobierno, que todavía apoyan a los manifestantes y que están insatisfechos con el Gobierno", dijo Ma Ngok, cientista político de la Universidad China de Hong Kong.
"El Gobierno y los partidarios de Pekín siempre han afirmado que cuentan con el apoyo de la opinión pública", añadió Ma. "Pero ahora.... esto es una gran bofetada en la cara porque la población ha mostrado su posición real en cifras récord".
La líder de Hong Kong, Carrie Lam, dijo en una declaración que respetaba el resultado y que su Gobierno "escuchará los puntos de vista de la población con una mente abierta y una reflexión seria", sin ofrecer detalles concretos.
"El Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong escuchará con humildad y seriedad las opiniones de los ciudadanos", dijo el comunicado.
Los concejales de distrito carecen de peso político y se ocupan en gran medida de cuestiones de la gestión diaria. Pero con sus despachos, financiación y redes, en opinión de algunos proporcionan a los demócratas una palanca adicional para influir en las decisiones políticas, mientras continúan las protestas.
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