Al menos 36 personas murieron y decenas terminaron lesionadas en Grecia tras el choque de un tren de pasajeros que viajaba entre Atenas y Tesalónica contra un convoy de mercancías, según un nuevo balance difundido por el servicio de bomberos.
El jefe de la estación de Lárisa, la ciudad del centro del país donde se generó el accidente, fue detenido este 1 de marzo, informó una fuente policial.
A bordo del tren iban 342 personas y ambos convoyes llevaban varios kilómetros circulando por la misma vía por una razón que hasta el momento no se conoce, señaló el portavoz el gobierno Yannis Oikonomou.
Vassilis Vathrakogiannis, portavoz de los bomberos griegos, anunció que el número de fallecidos incrementó a 36 y precisó que la operación para salvar pasajeros todavía está en marcha.
Además, 66 personas fueron trasladadas a hospitales, seis de ellas se encuentran en cuidados intensivos, de acuerdo Vathrakogiannis.
Debido a la violencia del choque ocurrido sobre la medianoche, las locomotoras y los vagones delanteros quedaron pulverizados y los dos conductores murieron de manera instantánea.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, transmitió sus condolencias a través de Twitter. “Conmocionado por las noticias y las imágenes de la colisión de los dos trenes”, escribió en griego.
De acuerdo a los medios locales, se trata del peor accidente ferroviario que haya conocido Grecia.
Kostas Genidounias, presidente del sindicato de conductores de tresnes OSE, llegó al lugar del accidente e indicó la falta de seguridad en esta línea que une a las dos principales ciudades griegas.
El gobierno organizó una reunión de crisis tras el suceso y el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, acudió al lugar del choque. Se decretó un duelo nacional de tres días.
Este choque se generó a la salida de un pequeño túnel por encima del cual pasa una autopista que une Atenas con Tesalónica. Los supervivientes se quedaron atrapados entre los restos de los trenes.
AA