Hablar de ovnis y vida extraterrestre resulta fascinante para muchos y despierta curiosidad en quienes no creen que exista vida en otros planetas. Sin embargo, el hecho de pensar en que no estamos solos en el Universo y que alienígenas podrían visitarnos resulta inquietante, aunque esto sólo lo hayamos visto en las películas (por ahora).
La vida en otros planetas ha sido y continúa siendo una interrogante que no ha logrado comprobarse, pues aunque existen videos en los que se captan extrañas formas en el cielo, aún no hay nada claro que pueda explicar de qué se trata.
Aunque los estudios en esta materia han avanzado y científicos en todo el mundo investigan la posibilidad de que haya vida en otros planetas, la verdad es que aún estamos lejos de tener pruebas fehacientes, pese a que, con el paso del tiempo, la NASA y Estados Unidos han abierto algunos de sus archivos de posibles hallazgos de vida fuera de la Tierra.
Así, el profesor Avi Loeb, un físico de la Universidad de Harvard, aseguró haber encontrado restos de una nave extraterrestre que se estrelló en el mar, cerca de Nueva Guinea.
El físico ha recuperado 50 pequeños fragmentos de hierro esférico del fondo del Océano Pacífico que, asegura, corresponden a una nave espacial alienígena interestelar.
Cometa podría ser una nave espacial
Loeb vinculó su hallazgo con el paso de una bola de fuego en enero de 2014: un meteoro que fue observado por sensores del Departamento de Defensa de los Estados Unidos que rastrea todos los objetos que ingresan a la atmósfera de la Tierra, de acuerdo con Science Alert.
Loeb prestó atención a esta bola, pues viajaba más rápido que el resto de los meteoros y finalmente, se estrelló sobre el Océano Pacífico Sur, cerca de Papúa Nueva Guinea.
Los datos sobre el objeto están en poder del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA. El nombre oficial del meteoro es CNEOS 20140108, y también se conoce como IM1 (por meteoro interestelar).
El camino del cometa fue rastreado, y los científicos descubrieron que había venido de mucho más allá de las franjas más externas del Sistema Solar, dice Science Alert.
En busca de explicaciones, el equipo de Loeb interrogó a la base de datos CNEOS y, basándose en su alta velocidad, sugirieron que era un meteoro interestelar, al cual le dieron el nombre de IM1.
¿Dónde cayó la nave?
Loeb trazó una ruta de la trayectoria del IM1, identificando que podría haber caída en el Pacífico Sur. Tras realizar labores de búsqueda en la zona con un poderoso imán, el equipo del científico encontró material que podría corresponder al IM1.
De acuerdo con Science Alert, las esférulas metálicas que se han recuperado tienen aproximadamente medio milímetro de diámetro, cada una, por lo que no es imposible que sean de origen extraterrestre: varias expediciones anteriores han recuperado esférulas del espacio del fondo marino.
La primera expedición en encontrar tales muestras fue el HMS Challenger en 1872-76. El material dragado del fondo del océano contenía muchas gotas metálicas, descritas en ese momento, con bastante precisión, como "esférulas cósmicas".
Las gotas del espacio son esféricas porque se solidifican a partir de material fundido arrancado de la superficie de los meteoritos a medida que atraviesan la atmósfera, dice Science Alert.
Pero Loeb no solo piensa que el material es del espacio, piensa que es del espacio interestelar, argumentando que "esta podría ser la primera vez que los humanos ponen sus manos en el material interestelar".
ZNR