SAN JUAN.- Puerto Rico cerró el miércoles su quinto cuartel policial en una semana, despertando temores sobre la capacidad del territorio estadounidense de responder a la crisis del coronavirus, en momento en que los policías acusan a las autoridades de dejarlos expuestos al virus.
Más de 150 policías están en cuarentena y otras docenas están a la espera de los resultados de sus pruebas en Puerto Rico, donde hay 280 casos confirmados de la enfermedad y 11 fallecimientos.
Las autoridades han impuesto un toque de queda por un mes y otras medidas que incluyen el cierre de playas, parques y negocios no esenciales.
Gregorio Matias, vicepresidente del sindicato de policías, exigió más equipos protectores y se quejó de que el gobierno de la isla está dejando expuestos a los agentes.
“No es justo que siga el gobierno arrastrando los pies. ¿Qué quieren? ¿Que nos quedemos sin policías?”, se preguntó.
La primera estación policial que cerró fue en el poblado turístico de Rincón, donde una mujer de 42 años, esposa de un agente de policía, falleció a causa del COVID-19. También fueron clausurados los cuarteles policiales en Aguas Buenas, Caimito, Moca y San Germán.
Matias indicó que el sindicato había pedido equipos protectores hace dos meses, pero no los ha recibido.
“Somos carne de cañón”, dijo.
mmr
SAN JUAN.- Puerto Rico cerró el miércoles su quinto cuartel policial en una semana, despertando temores sobre la capacidad del territorio estadounidense de responder a la crisis del coronavirus, en momento en que los policías acusan a las autoridades de dejarlos expuestos al virus.
Más de 150 policías están en cuarentena y otras docenas están a la espera de los resultados de sus pruebas en Puerto Rico, donde hay 280 casos confirmados de la enfermedad y 11 fallecimientos.
Las autoridades han impuesto un toque de queda por un mes y otras medidas que incluyen el cierre de playas, parques y negocios no esenciales.
Gregorio Matias, vicepresidente del sindicato de policías, exigió más equipos protectores y se quejó de que el gobierno de la isla está dejando expuestos a los agentes.
“No es justo que siga el gobierno arrastrando los pies. ¿Qué quieren? ¿Que nos quedemos sin policías?”, se preguntó.
La primera estación policial que cerró fue en el poblado turístico de Rincón, donde una mujer de 42 años, esposa de un agente de policía, falleció a causa del COVID-19. También fueron clausurados los cuarteles policiales en Aguas Buenas, Caimito, Moca y San Germán.
Matias indicó que el sindicato había pedido equipos protectores hace dos meses, pero no los ha recibido.
“Somos carne de cañón”, dijo.
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