Colgate suspende operaciones en Venezuela por falta de cajas

Con la suspensión de operaciones, se paraliza también la de envases plásticos, por lo que sólo dos de las cinco plantas de Colgate-Palmolive se mantienen operativas pero con limitaciones por falta de materia prima.

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Una planta de Colgate-Palmolive en la ciudad de Valencia (norte de Venezuela) suspendió operaciones esta semana porque se quedó sin cajas para distribuir su producción de lavaplatos y detergentes líquidos, dijo un sindicalista de la empresa.  "Se paralizó la planta de líquidos, que fabrica lavaplatos y detergentes, por falta de cajas de cartón corrugado.

Se compraban a Smurfit Kappa, pero el suministro se cortó y estamos a la espera de ver si los inventarios que ya le habíamos comprado los despacha el gobierno", dijo el sindicalista Carlos Rodríguez.  El 23 de agosto, el gobierno socialista de Nicolás Maduro tomó el control de las instalaciones de la transnacional irlandesa Smurfit Kappa, fabricante de cajas de papel para embalaje que le vendía a Colgate-Palmolive.  

Rodríguez apuntó que el departamento de ventas de la empresa también hace gestiones para importar cajas desde la vecina Colombia, aunque advirtió que eso podría obligar a subir los precios de los productos.  Con la suspensión de operaciones de la planta de líquidos, se paraliza también la de envases plásticos, por lo que solo dos de las cinco plantas de Colgate-Palmolive en Venezuela se mantienen operativas, aunque con limitaciones por la falta de materia prima. 

"De las cinco plantas, quedan operativas la de detergentes, que sólo produce en un turno de trabajo y antes tenía tres, y la de cuidado bucal (cepillos de diente y crema dental), que también bajó de tres turnos a uno", especificó Rodríguez.  El sindicalista acotó que la planta de jabones cerró desde el 8 de febrero de 2017, por la regulación de precios por parte del gobierno y la falta de insumos. 

Venezuela atraviesa una aguda crisis económica, con cinco años en recesión, una aguda escasez de alimentos, medicinas y todo tipo de bienes básicos, y una hiperinflación que -según el FMI- podría cerrar este año en 1.350.000% y el próximo en 10.000.000%. 

Argumentando estar respondiendo a boicots, el gobierno de Nicolás Maduro ha ocupado en el pasado instalaciones de compañías internacionales.  El 15 de mayo de 2018, el gobierno tomó el control de la filial de la empresa estadounidense de alimentos Kellogg, luego de que cesara sus operaciones por el acelerado deterioro económico del país. Desde entonces, los productos de la empresa desaparecieron de los anaqueles. 

En julio de 2016, Maduro ordenó la toma de la planta de la empresa estadounidense Kimberly-Clark, fabricante de productos de higiene personal, en el estado de Aragua (centro).  La decisión se produjo luego de que la compañía cesara operaciones alegando falta de materia prima y un deterioro de las condiciones económicas. Los activos permanecen en manos del Estado.

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