LA PAZ. — La posibilidad de una segunda vuelta electoral en Bolivia continuaba latente cuando estaba por concluir el cómputo oficial la noche del martes después de los disputados comicios presidenciales del domingo.
El país vive un clima convulsionado por protestas en contra del presidente Evo Morales y del Tribunal Electoral, al que acusan de montar un fraude a favor del mandatario.
Organizaciones internacionales como la OEA, la Unión Europea y la ONU han manifestado su preocupación ante la situación y han llamado a la calma.
Con 95.76% de las actas electorales computadas, Morales encabezaba con el 45,92% de los votos, frente a su rival más cercano el expresidente Carlos Mesa con el 37,47% quien preside la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
De mantenerse la tendencia, habría una segunda vuelta en una fecha por definirse en diciembre próximo, lo que podría calmar las protestas. De acuerdo con la norma, el ganador de la primera vuelta debe obtener 50% más uno de los votos o sumar 40% con una diferencia de al menos 10 puntos entre el primer y segundo lugar.
En tanto, el país vivía una segunda noche de manifestaciones violentas en contra del tribunal electoral en varias ciudades. Las protestas del lunes derivaron en la quema de oficinas electorales en dos localidades.
La tensión aumentó tras la renuncia del vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral quien renunció el martes a su puesto por “desacuerdos” con la decisión de suspender publicación de conteo rápido tras los comicios presidenciales del domingo. La suspensión generó sospechas en contra del TSE y desató las protestas.
La salida de Antonio Costas pone en situación crítica al órgano electoral, que ha sido blanco de denuncias de la oposición que ha alegado un presunto fraude en favor del presidente Evo Morales, quien busca un cuarto mandato consecutivo en las elecciones más disputadas desde que llegó al poder en 2005.
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