Una de las reliquias más veneradas por los cristianos, la Corona de Espinas de Jesucristo, regresa a su hogar histórico en la catedral de Notre Dame de París casi cinco años después de haber sido salvada de las llamas del devastador incendio que casi destruye el templo en 2019.
Este 13 de diciembre, la Corona de Espinas será reintegrada oficialmente a la catedral, en un acto solemne presidido por el arzobispo de París. A la ceremonia asistirá un selecto grupo de caballeros y damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, quienes rendirán homenaje a la reliquia.
Este momento simbólico marca un hito importante en el proceso de restauración de la catedral, que sigue avanzando tras el trágico incendio de abril de 2019.
¿Cuál es el origen de la Corona de Espinas?
La Corona de Espinas es un objeto de inmenso significado religioso. Se trata de una banda circular de ramas, que según la tradición, fueron las que Jesucristo utilizó durante su Pasión. La reliquia se encuentra custodiada en un tubo dorado. Mencionada por primera vez en el siglo V por los peregrinos de Jerusalén, la corona fue trasladada a Constantinopla en el siglo X.
Sin embargo, fue en 1239 cuando el rey Luis IX de Francia adquirió la corona y la llevó a París, donde la depositó en la catedral de Notre Dame. Más tarde, el rey mandó construir la Sainte-Chapelle para asegurar su protección.
Durante el devastador incendio del 15 de abril de 2019, que consumió gran parte de la estructura de la catedral, la Corona de Espinas fue preservada gracias a una rápida intervención de los bomberos. La reliquia, junto con otras valiosas piezas, fue resguardada en una caja sellada, lo que permitió su salvaguarda en medio de la tragedia que devastó uno de los monumentos más emblemáticos de Francia.
A partir de este viernes, la Corona de Espinas será exhibida para la veneración pública en la catedral. Su primera exposición será el 10 de enero de 2024 y permanecerá abierta todos los viernes hasta el 18 de abril de 2024, coincidiendo con el Viernes Santo. Después de esta fecha, se mostrará al público el primer viernes de cada mes.
Este regreso, además de marcar la restauración de una de las reliquias más importantes del cristianismo, también es un renacer simbólico de Notre Dame, que sigue recuperándose de las secuelas del incendio y trabajando para volver a ser el centro religioso y cultural que ha sido durante siglos.
AA