BANGKOK. - El brote de coronavirus ha generado un apoyo abrumador para el cierre de mercados ilegales que venden animales salvajes en el sudeste asiático, un epicentro del comercio multimillonario, según un sondeo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) divulgado el lunes.
Un 93 por ciento de las 5 mil personas encuestadas por WWF en marzo en tres países del sudeste asiático, así como en Hong Kong y Japón, dijeron que los mercados no regulados que venden vida silvestre debían cerrarse para evitar futuras pandemias.
Los científicos creen que el virus se originó en un mercado de vida silvestre en la ciudad china de Wuhan, donde murciélagos, pangolines y otros animales conocidos por transmitir coronavirus se mantenían hacinados en condiciones fétidas.
"Esto ya no es un problema de vida silvestre. Es un problema de seguridad global y salud humana", dijo Christy Williams, directora de Asia Pacífico de WWF, en una conferencia de prensa en la que presentó los resultados de la encuesta.
El apoyo a que cierren los mercados de vida silvestre fue más fuerte en Myanmar, donde por años se han comercializado animales salvajes en las regiones autónomas fronterizas con China. Un tercio de los encuestados en Vietnam dijo que la crisis los había llevado a dejar de consumir ese tipo de fauna.
"El COVID es una llamada de atención", declaró Grace Hwa, jefa de Programa de Comercio de Vida Silvestre Ilegal en WWF Myanmar, en un comunicado.
"El comercio desenfrenado de vida silvestre es un riesgo no sólo para la salud y la economía, sino para toda la estabilidad de la región".
A raíz del brote, que comenzó en Wuhan y se extendió por el resto del mundo, China introdujo una prohibición de crianza y consumo de vida silvestre viva, pero no consideró el comercio de animales como mascotas y para medicina tradicional.
cog
BANGKOK. - El brote de coronavirus ha generado un apoyo abrumador para el cierre de mercados ilegales que venden animales salvajes en el sudeste asiático, un epicentro del comercio multimillonario, según un sondeo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) divulgado el lunes.
Un 93 por ciento de las 5 mil personas encuestadas por WWF en marzo en tres países del sudeste asiático, así como en Hong Kong y Japón, dijeron que los mercados no regulados que venden vida silvestre debían cerrarse para evitar futuras pandemias.
Los científicos creen que el virus se originó en un mercado de vida silvestre en la ciudad china de Wuhan, donde murciélagos, pangolines y otros animales conocidos por transmitir coronavirus se mantenían hacinados en condiciones fétidas.
"Esto ya no es un problema de vida silvestre. Es un problema de seguridad global y salud humana", dijo Christy Williams, directora de Asia Pacífico de WWF, en una conferencia de prensa en la que presentó los resultados de la encuesta.
El apoyo a que cierren los mercados de vida silvestre fue más fuerte en Myanmar, donde por años se han comercializado animales salvajes en las regiones autónomas fronterizas con China. Un tercio de los encuestados en Vietnam dijo que la crisis los había llevado a dejar de consumir ese tipo de fauna.
"El COVID es una llamada de atención", declaró Grace Hwa, jefa de Programa de Comercio de Vida Silvestre Ilegal en WWF Myanmar, en un comunicado.
"El comercio desenfrenado de vida silvestre es un riesgo no sólo para la salud y la economía, sino para toda la estabilidad de la región".
A raíz del brote, que comenzó en Wuhan y se extendió por el resto del mundo, China introdujo una prohibición de crianza y consumo de vida silvestre viva, pero no consideró el comercio de animales como mascotas y para medicina tradicional.
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