Cruz Roja entrega cien nichos para migrantes irregulares en Panamá

En medio de tumbas y cruces devastadas por el tiempo, los nichos fueron construidos en el cementerio municipal de la aldea El Real de Santa María.

El nuevo panteón tiene 50 sepulcros a cada. Los nichos de cemento fueron entregados por el CICR a las autoridades panameñas | Agencia AFP
Panamá /

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anuncia que se entregó este jueves a Panamá cien nichos para sepultar a migrantes irregulares que mueren en su travesía por la selva del Darién, fronteriza con Colombia.

En medio de tumbas y cruces devastadas por el tiempo, los nichos fueron construidos en el cementerio municipal de la aldea El Real de Santa María, a unos 300 kilómetros al sureste de Ciudad de Panamá.

El nuevo panteón tiene 50 sepulcros a cada lado. Los nichos de cemento fueron entregados por el CICR a las autoridades panameñas, desbordadas por la gran cantidad de migrantes que ingresan por esta frontera selvática desde Colombia en busca del sueño americano.

Marisela Silva Chau, jefe de la Delegación Regional del CICR, habló sobre lo entregado al gobierno panameño.

"Estamos entregando un módulo de 100 nichos para la inhumación individual de restos humanos de migrantes que pueden haber fallecido a lo largo de la ruta del Darién”, mencionó.

El objetivo es sepultar en un mismo recinto los cuerpos o restos de migrantes que no son reclamados por sus familias, y que desbordan las morgues de la zona. 

Los cadáveres serán inhumados individualmente en bolsas de plástico, después de tomarles datos para su identificación. Si son reclamados, tras los cotejos pertinentes, serán entregados a sus familias.

El director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses dependiente de la Fiscalía panameña, José Vicente Pachar habló sobre la situación en la que se tratarán los cuerpos.

"El objetivo es cumplir con los estándares internacionales y dar un trato digno y con respeto a los fallecidos", mencionó.

La selva del Darién se ha convertido en corredor para la migración irregular desde Sudamérica a Estados Unidos a través de América Central. Esta frontera natural de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie está plagada de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.

En su mayoría son haitianos, venezolanos y ecuatorianos, aunque también hay asiáticos, principalmente de China e India, y africanos, sobre todo de Camerún y Somalia.

Algunos mueren en la selva, aunque es incierto el número pues las autoridades desconocen la cifra real por lo inaccesible del terreno, la falta de denuncias y el abandono de los cuerpos, que en ocasiones terminan siendo pasto de los animales.

"El año pasado nosotros registramos 52 cuerpos" pero la cantidad "debe ser mucho mayor", indica Pachar.

El líder comunitario Pedro Pablo Mendivil cuenta que los vecinos aprobaron la propuesta de la Cruz Roja de instalar los nichos en el cementerio del pueblo. Sin embargo, al principio varios vecinos se oponían por temor a que se llenara de extranjeros.

"Se cuentan tantas barbaries que suceden en el camino que a estas personas, a estos migrantes hay que admirarlos, y de la única forma en que nosotros podemos apoyarlos [...] qué difícil para las personas que no llegan a cumplir su sueño después de tanto trabajo, después de haber sacrificado a su familia para una mejor vida", dijo.

Esta vía que conecta Alaska, Canadá, Estados Unidos, México y América Central queda interrumpida en Panamá por el llamado Tapón del Darién. Prosigue después desde Colombia hasta el extremo sur del continente.

JB

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