El ex jefe de la policía Joe Arpaio fue declarado culpable de desacato a la corte al negarse a detener los operativos de tránsito dirigidos contra los inmigrantes, lo que representa un revés para el político que en algún momento fue popular por ese tipo de tácticas.
El veredicto de la jueza Susan Bolton es una victoria para quienes criticaban la manera inusual en la que el jefe de policía imponía el orden en su condado, como por ejemplo encarcelar a presos en carpas al aire libre en medio del calor sofocante, obligándolos a vestir ropa interior rosada y dividiendo a una gran cantidad de familias de inmigrantes con sus encarcelamientos.
Arpaio, quien fungió 24 años como jefe de policía del área metropolitana de Phoenix, eludió dos investigaciones criminales anteriores sobre su trabajo. Sin embargo, no pudo evitar los problemas legales cuando prolongó sus operativos de inmigración por casi un año y medio luego de que otro juez le ordenara que lo dejara de hacer. Ese juez falló después que en tales operativos discriminaban a los latinos.
Los fiscales dijeron que Arpaio violó la orden para promover su lucha contra la inmigración ilegal a fin de impulsar su campaña de reelección en 2012, pero fue derrotado en las urnas debido a que los votantes se cansaron de sus gestiones y de los problemas legales que generaban.
Él reconoció que prolongó sus patrullajes, pero insistió en que no fue intencional.
Culpó a uno de sus ex abogados por no haberle explicado correctamente la importancia de la orden. Su defensa también se centró en lo que sus abogados dijeron eran debilidades en la orden judicial que no reconocía las veces en que los policías detenían a los inmigrantes y luego los entregaban a las autoridades federales.
A diferencia de otros jefes policiales que dejaron los asuntos relacionados con inmigración a las autoridades federales, Arpaio hizo cientos de arrestos de inmigrantes en operativos de tránsito y en redadas a negocios en las que sus agentes se enfocaron en los inmigrantes que usaban identificaciones falsas para conseguir empleo.
Las acciones de Arpaio son similares a las que el presidente Donald Trump ha promovido. Para construir su tan apreciada fuerza de deportación, Trump está reviviendo un programa tradicional que delega a los oficiales locales la observancia de la ley federal de inmigración.