CDMX. Los cubrebocas se han vuelto un elemento prácticamente imprescindible en nuestras vidas, pero su uso también podría derivar en una catástrofe ambiental, pues según una nueva investigación cada minuto se desechan tres millones de mascarillas en el mundo.
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Los cubrebocas se volvieron nuestros mejores aliados durante la pandemia de COVID-19, sin embargo, su manejo no ha sido el adecuado y a diario en las calles, mares y ríos se han vuelto normales postales de cubrebocas abandonados.
Las mascarillas además representan un mayor riesgo para el cuidado del ambiente que las bolsas de plástico ya que no existe un método para descontaminarlos y reciclarlos de manera segura.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Frontiers of Environmental Science & Engineering, la enorme cantidad de cubrebocas que se usan y luego se tiran representa una verdadera “bomba de tiempo”.
Además, al tirarlas a la basura estas se descomponen en microfibras peligrosas que podrían estar transportando productos químicos peligrosos al medio ambiente.
Los expertos ahora se enfrentan a una avalancha de cubrebocas nunca antes vista y para la cual no existe un método de eliminación responsable.
Actualmente la producción de cubrebocas esta a la par de la de botellas de plástico, con 43 mil millones de estos artículos al mes.
Sin embargo, por años los ambientalistas han buscado la forma de reciclar las botellas de plástico, por lo que actualmente en el mundo se reciclan por completo una de cada cuatro botellas, mientras que con los cubrebocas sucede todo lo contrario.
Los expertos recomiendan remplazar las mascarillas desechables por otras de material como el algodón que se puede reutilizar.
PGG