MOSCÚ (Reuters) - El reciente encuentro entre los dos hombres que dirigen los imperios petroleros de Rusia y Arabia Saudita dijo mucho acerca de la nueva relación entre las superpotencias energéticas.
Se trató de la primera vez en que el jefe de Rosneft, Igor Sechin, y el de Aramco, Amin Nasser, celebraron una reunión formal y programada, más allá de las numerosas ocasiones en que se han encontrado simplemente en eventos petroleros por todo el mundo.
Su conversación también logró avances, según dos fuentes conocedoras de las conversaciones celebradas la semana pasada en la ciudad saudita de Dhahran, que aseguraron que ambos discutieron posibles maneras de cooperar en Asia, sobre todo en Indonesia, India y otros mercados.
Las fuentes no revelaron más detalles, pero cualquier cooperación en Asia entre Rusia y Arabia Saudita -los dos mayores exportadores mundiales de crudo- no tendría precedentes.
El gigante estatal saudí Aramco confirmó la celebración de la reunión a puerta cerrada, pero declinó aportar detalles. La cita tuvo lugar el mismo día en que Arabia Saudita -líder de la OPEP- y Rusia -ajena al grupo- lideraron un pacto global para ampliar un recorte de producción de crudo que busca elevar los precios del barril. Rosneft no hizo comentarios al respecto.
El encuentro -durante el cual Nasser dio a Sechin una gira por la sede central de Aramco, según las fuentes- realzó la novedosa, inesperada y rápida consolidación de los lazos entre los dos países. Una relación que será observada atentamente por los grandes consumidores de petróleo mundiales, que se han beneficiado desde hace tiempo de la gran rivalidad de los dos principales exportadores para asegurarse mejores acuerdos.
Esta distensión entre Moscú y Riad habría sido casi impensable en el pasado. Hasta hace un año, las dos partes apenas se hablaban, incluso a pesar del aumento de producción de hidrocarburos de esquisto en Estados Unidos, que provocó un hundimiento de los precios globales desde mediados de 2014.
En una muestra de su gran rivalidad en Asia, Rosneft se adelantó a Aramco y compró la refinería india Essar el año pasado para incrementar su participación en el mercado de combustibles de más rápido crecimiento en el mundo.
No obstante, en pocos meses, Moscú y Riad se han convertido en los grandes protagonistas del pacto para recortar el bombeo -acordado en diciembre y ampliado la semana pasada- e, incluso, están discutiendo una posible cooperación en los principales mercados asiáticos.
"Es un nuevo 'eje del amor'", dijo un alto funcionario de un país del Golfo Pérsico acerca de la relación.
El martes, Putin recibió al príncipe saudí Mohammed bin Salman en el Kremlin y ambos dijeron que profundizarán su cooperación en el petróleo y que trabajarán para reducir sus diferencias sobre Siria, donde apoyan a bandos opuestos en la guerra civil.
"Lo más importante es que estamos teniendo éxito en la construcción de una base sólida para estabilizar a los mercados petroleros y a los precios de la energía", dijo el príncipe Mohammed. Putin señaló que trabajarán juntos para resolver una "situación difícil".