La cadena estadounidense Domino’s Pizza cerró la última de sus 29 sucursales en Italia, luego de siete años que llegó al país, y que fue vencida por una demanda local que sigue optando por la preparación autóctona de la pizza.
Domino’s Pizza pidió préstamos considerables para poder emprender su idea de abrir 880 locales en Italia, de acuerdo a Alessandro Lazzaroni, uno de los miembros fundadores de esta cadena, sin embargo, su presencia fue desaparecida por los restaurantes locales, inclusive, su reparto a domicilio le permitió diferenciarse de sus competidores más pequeños.
Durante la pandemia por el covid-19, los dueños de los restaurantes ampliaron su servicio de reparto a domicilio, gran parte de ellos aliándose con terceros como Deliveroo, Just Eat o Glovo, para llevar los platos a las mesas de sus clientes mientras estaban resguardados en sus hogares.
Añadir a las pizzas ingredientes al estilo de Estados Unidos, tales como la piña, fue otra estrategia de Domino’s Pizza que no tuvo éxito entre los italianos, además de que había llegado a Italia con un acuerdo de franquicias con ePizza Spa.
El fracaso en el país italiano ya era anunciado por ePizza, luego de los resultados del cuarto trimestre de 2021, así como informaron que el problema lo atribuyeron al incremento significativo del nivel de competencia en el mercado de entrega de comida, tanto con cadenas organizadas como con restaurantes individuales que entregan alimentos, al servicio y a la reapertura de establecimientos tras la pandemia y a los consumidores que ahora salen a comprar.
Cabe señalar que Domino’s Pizza ya había disminuido sus operaciones en el país desde su pico de ventas en 2020 y había frenado las entregas a domicilio desde su página web, el 29 de julio. No obstante, los cierres sorprendieron a algunos de sus clientes, quienes se inquietaron en las redes sociales de la cadena en Italia para preguntar el motivo por el cual sus llamadas no eran contestadas o por qué habían cerrado el local.
En abril de 2020, un tribunal de Milán concedió a la cadena protección judicial contra los acreedores durante 90 días, de acuerdo a un comunicado de ePizza. A través de esta medida que evitaba a los prestamistas exigir el pago de la deuda o embargar los activos de la empresa, expiraron el 1 de julio. Para finales de ese mismo año, la Dominos’ Pizza ya tenía una deuda de 10,6 millones de euros.
AA