La lanza de Longinos fue utilizada por los soldados romanos en un momento que marcó la historia de la humanidad: la crucifixión de Jesús en el Gólgota. Desde entonces, su paradero ha dado mucho de qué hablar.
Según los pasajes de la Biblia, la lanza de Longinos fue clavada en parte derecha del torso de Jesús para certificar que había fallecido. Cuando retiraron la lanza del cuerpo del Señor, comenzó a manar sangre que salpicaron el rostro de Longinos, quien exclamó: “En verdad, este era el Hijo de Dios”.
A partir de ahí, la lanza fue apodada como la Santa Lanza, la Lanza del Destino o Lanza de Longinos. Y por supuesto, se convirtió en un objeto de deseo buscado por millones de personas, pero ¿dónde está la lanza?
De acuerdo con el portal Clarín, a finales del siglo VI, la lanza de Longinos era venerada en Jerusalén. Y en el año 615 la punta de la lanza, que estaba partida, fue llevada a Constantinopla y la depositaron en la iglesia de Santa Sofía.
Sin embargo, cuando Constantinopla cayó en manos de los turcos, en 1492, el Sultán Bajazet envió la Lanza del Destino con el papa Inocencio VIII, quien liberaría a Zizim, hermano de Bajazet y prisionero del papa.
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Desde entonces, hace aproximadamente 50 años, la lanza que atravesó a Jesús está en el Vaticano. Aunque no está completa, ya que la parte inferior fue entregada al rey francés Luis IX, lamentable la destruyeron durante la Revolución Francesa.
Cabe mencionar que hay muchas personas que dudan sobre la lanza que tiene el Vaticano, ya que afirman que la reliquia estaba en Antioquía, y cuando Constantinopla cayó en manos de los turcos, fue enviada a Etschmiadzin, Armenia, donde está hasta el día de hoy custodiada por severas medidas de vigilancia.
Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta si ésta sea la verdadera lanza de Longinos, por lo que se seguirá afirmando que yace bajo las manos del Vaticano.
Con información del Clarín
MRG