WASHINGTON. — Los “fundamentos” de la economía estadounidense son sólidos, afirmó la Casa Blanca el lunes, evocando una funesta declaración política de hace una década en medio de crecientes preocupaciones de que una recesión podría poner en peligro la reelección del presidente Donald Trump.
Sin mostrar indicios de preocupación, la asesora Kellyanne Conway dijo a los reporteros: “El hecho es que los fundamentos de nuestra economía son muy fuertes”.
Es una frase cargada de historia. El republicano John McCain fue criticado por estar alejado de la realidad cuando hizo una declaración parecida durante la campaña presidencial de 2008 horas antes de que el banco de inversiones Lehman Brothers se declarara en bancarrota, provocando el colapso del mercado de valores y un declive financiero global.
Se puede justificar la posición de la Casa Blanca. El mercado laboral de Estados Unidos está estableciendo récords de bajo desempleo y la economía ha tenido un crecimiento ininterrumpido desde que Trump asumió la presidencia. Pero el crecimiento está desacelerando, los mercados de valores se han desplomado en las últimas semanas por temores de una posible recesión y los indicadores en los sectores de vivienda y manufactura han hecho que los economistas hagan una pausa.
Una nueva encuesta mostró el lunes que la mayoría de los economistas pronostican que haya una recesión para 2021 a más tardar, de acuerdo con un reporte de la Asociación Nacional de Economía de Negocios de Estados Unidos.
Sin embargo, Trump no está de acuerdo.
“Nos está yendo increíblemente bien. Nuestros consumidores andan adinerados. Hice un tremendo recorte de impuestos y ellos están llenos dinero”, comentó el domingo. “No creo que tengamos una recesión”.
Aun así, el presidente utilizó Twitter el lunes para exhortar a la Reserva Federal a estimular la economía recortando las tasas de interés y regresar a una “flexibilización cuantitativa” de su política monetaria, lo que dio indicios de hay una profunda ansiedad debajo de la fanfarronería de su gobierno.
En el mismo sentido, la semana pasada Trump dio marcha atrás a su plan de intensificar su guerra comercial con China, preocupado de que unos nuevos aranceles sobre los bienes de consumo podrían perjudicar la importante temporada de compras navideñas.
Los asesores de la Casa Blanca y de campaña han mantenido un ojo sobre la reciente turbulencia en los mercados financieros y en los indicadores inquietantes del país y de otras partes del mundo con la preocupación de que repercutan en las posibilidades de Trump rumbo a los comicios de 2020.
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