Estados Unidos. Esta tarde el duranguense Abel Revill Ochoa, fue ejecutado en el estado de Texas, debido a que fue condenado a muerte en 2003 por arrebatarle la vida a 5 integrantes de su familia en Dallas.
A través de su cuenta de Twitter, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio a conocer que se negó a escuchar la apelación de Abel Ochoa para detener su ejecución, programada para esta noche.
Recibió una dosis letal del sedante pentobarbital en la cárcel de Hunstville, cerca de Houston.
A la ejecución asistieron como testigos un pastor, primos de Cecilia y hermanos de las niñas asesinadas.
Cabe recordar que, según declaraciones de su defensa, el hombre tuvo un delirio inducido por las drogas, pues Abel aseguró que el diablo lo poseyó. A pesar del argumento, el jurado lo condenó a pena de muerte.
El 4 de agosto de 2002, luego de asistir a la iglesia, Abel le pidió a Cecilia, su esposa, que le diera 10 dólares para comprar crack, estupefaciente al que era adicto.
Según su confesión, luego de terminarse toda la droga que había adquirido, Revill quería más, sin embargo, sabía que Cecilia no le daría más efectivo, por lo que se dirigió a su armario para sacar una pistola cargada.
Se dirigió hasta la sala, donde su esposa, su pequeña hija de 9 meses, su suegro y dos cuñadas, para matar a tiros a cada uno, pero Alma, una de las hermanas de Cecilia solo quedó herida de gravedad.
Crystal, la hija mayor de Ochoa, intentó escapar del lugar corriendo hacia la cocina, sin embargo, fue alcanzada por 4 tiros que le propinó su padre.
Estados Unidos. Esta tarde el duranguense Abel Revill Ochoa, fue ejecutado en el estado de Texas, debido a que fue condenado a muerte en 2003 por arrebatarle la vida a 5 integrantes de su familia en Dallas.
A través de su cuenta de Twitter, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio a conocer que se negó a escuchar la apelación de Abel Ochoa para detener su ejecución, programada para esta noche.
Recibió una dosis letal del sedante pentobarbital en la cárcel de Hunstville, cerca de Houston.
A la ejecución asistieron como testigos un pastor, primos de Cecilia y hermanos de las niñas asesinadas.
Cabe recordar que, según declaraciones de su defensa, el hombre tuvo un delirio inducido por las drogas, pues Abel aseguró que el diablo lo poseyó. A pesar del argumento, el jurado lo condenó a pena de muerte.