ESPECIAL.- Un nuevo problema fue detectado en el software del Boeing 737 Max que podría hacer que la nariz del avión se incline automáticamente, y es casi seguro que corregir la falla demore aún más la reanudación de los vuelos de esos aparatos tras dos choques letales.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) “identificó un requisito adicional” de cambios en el software en los que el fabricante de la aeronave ha estado trabajando durante ocho meses, desde poco después del primer desastre de uno de sus 737 Max, indicó la compañía el miércoles.
“Boeing está de acuerdo con la decisión y la solicitud de la FAA, y trabaja en la exigencia sobre el software para atender su solicitud”, señaló la empresa en un comunicado.
Los pilotos de prueba del gobierno que examinan el software actualizado para el Max de Boeing en un simulador de vuelo encontraron la semana pasada una falla que podría causar que la nariz del avión se incline, según dos personas al tanto del asunto. En los dos desplomes de los Max, el software que controla el vuelo hizo que la aeronave se inclinara hacia abajo debido a las lecturas erróneas proporcionadas por uno de los sensores.
Las personas dijeron que el problema podría arreglarse mediante cambios en el software o reemplazando un microprocesador en el sistema de control de vuelo del avión. Una de ellas dijo que este nuevo revés posiblemente demore la reanudación de los vuelos del avión entre uno y tres meses adicionales. Ambas fuentes solicitaron el anonimato para hacer declaraciones sobre aspectos del proceso de revisión que no son del conocimiento público.
En un comunicado, la FAA dijo que autorizará que el avión vuelva a volar sólo cuando considere que es seguro, sin establecer plazo alguno.
El Max comenzó sus vuelos con pasajeros en 2017 y es el avión de más ventas de Boeing, aunque menos de 400 han sido entregados a aerolíneas. Un Max de Lion Air de Indonesia se estrelló en octubre, y otro de Ethiopian Airlines en marzo. En conjunto, 346 personas perdieron la vida. Días después del segundo desastre, las autoridades en todo el mundo inmovilizaron esos aviones.
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