Los presos chocaron de nuevo el 2 de noviembre en una cárcel de Guayaquil, el principal puerto de Ecuador, azotado por una violenta arremetida del narco que deja ocho muertos, calles desoladas y militares en guardia bajo el estado de emergencia.
Dos reclusos murieron el 2 de noviembre y se sumaron a otros seis fallecidos en la ola de ataques iniciada el primero de octubre contra estaciones de policía, gasolineras y centros de salud. En medio de los choques, un grupo de soldados apuntaba sus fusiles hacia el interior de la prisión, constató la AFP.
"Registramos dos personas privadas de libertad fallecidas y seis heridos" en la cárcel Guayas 1, en la que la víspera otro choque dejó dos heridos leves, señaló el organismo encargado de administrar las prisiones (SNAI).
El traslado de mil presos de esa cárcel, controlada por bandas del narco, desató la crisis en Guayaquil y la vecina localidad de Durán, además de la provincia de Esmeraldas, en la frontera con Colombia (norte).
El primero de noviembre dos coches bomba estallaron cerca de una gasolinera y una estación policial en el puerto de 2,8 millones de habitantes, paralizado por el miedo.
La actividad era mínima, las personas se movían apuradas mirando de un lado al otro ante el brote de violencia.
"Se percibe un poco de temor en las calles, y todo está vacío como si fuera sábado por la tarde en el centro de Guayaquil, sin mucho movimiento de carros", dijo a la AFP Jorge Argüello, jefe de una empresa editorial.
La ofensiva llevó al presidente Guillermo Lasso a declarar un estado de excepción en las provincias de Guayas, cuya capital es Guayaquil, y Esmeraldas. La medida se extenderá hasta el 16 de diciembre e incluye un toque de queda de ocho horas a partir de las 21H00 locales.
MQ