El sindicato United Auto Workers (UAW), de Estados Unidos, extendió su huelga contra las principales automotrices, dejando 38 centros de distribución de repuestos de General Motors y Stellantis en 20 estados, luego de que un pequeño porcentaje de trabajadores dejó sus puestos debido a que carecían de un buen salario.
Otros cinco mil 600 trabajadores se unieron a la huelga, aparte de los 13 mil de los 146 mil afiliados al sindicato que comenzaron la huelga hace una semana.
Ford se libró de huelgas adicionales, ya que la empresa cumplió con algunas de las demandas del sindicato durante las negociaciones de la semana pasada, señaló el presidente de la UAW Shawn Fain.
“Hemos logrado algunos avances reales en Ford. Todavía tenemos serios problemas que resolver, pero queremos reconocer que Ford está demostrando que se toman en serio la idea de llegar a un acuerdo”, mencionó Fain durante una presentación en línea ante integrantes del sindicato.
Fain confirmó que la historia es diferente en General Motors y Stellantis. Esas empresas han rechazado las propuestas del sindicato de aumentos del costo de vida, participación en las ganancias y seguridad laboral, según el presidente de la UAW.
El sindicato subraya las enormes ganancias recientes de las automotrices al buscar incrementos salariales del 36 por ciento a lo largo de cuatro años. Las empresas han brindado poco más de la mitad de esa cantidad. El UAW tiene otras demandas, entre ellas una semana laboral de 32 horas con pago de 40 horas y la restauración de los planes de pensiones tradicionales para los trabajadores más nuevos.
Las compañías indican que no pueden ceder a los reclamos del sindicato pese a sus grandes ganancias porque requieren invertir en la transformación a vehículos eléctricos.
El contrato del UAW con las automotrices expiró a la medianoche del 14 de septiembre y los trabajadores dejaron una planta de ensamblaje de Ford cerca de Detroit, una fábrica de General Motors en Wentzville, Missouri, y una planta de Jeep dirigida por Stellantis en Toledo, Ohio.
Días atrás, Fain había dado a conocer que llamaría a la huelga en otras plantas, al menos que haya avances considerables en las negociaciones contractuales con los fabricantes. Las negociaciones siguieron el 21 de septiembre, pero ninguna de las partes reportó avances significativos y se mantuvieron las grandes diferencias en cuanto a los incrementos salariales.
Las empresas han despedido a miles de trabajadores, ya que las fábricas afirman que carecen de autopartes debido a la huelga.
A pesar de esto, todavía no se sienten los efectos en los lotes de los concesionarios, podrían pasar semanas antes que la huelga causa escasez considerable de vehículos nuevos, de acuerdo con los analistas. Pero es posible que los precios suban antes, si la perspectiva de una huelga larga provoca compras de pánico.
AA