SAN DIEGO. — Un salvadoreño de 57 años que estaba detenido por las autoridades de inmigración de Estados Unidos murió el miércoles por complicaciones relacionadas con el COVID-19, informaron las autoridades norteamericanas, convirtiéndose en el primer deceso reportado a causa del virus entre las cerca de 30.000 personas en custodia migratoria.
El inmigrante se encontraba recluido en el Centro de Detención de Otay Mesa, en San Diego, y estuvo hospitalizado desde finales de abril, informó Craig Sturak, portavoz de la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado de San Diego.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) no confirmó ni negó el fallecimiento. CoreCivic Inc., la empresa privada que gestiona el centro de detención, no respondió por el momento a una solicitud de comentario.
Un representante de la familia identificó al inmigrante como Carlos Ernesto Escobar, un diabético que salió de El Salvador junto con su madre y sus hermanas en la década de 1980 y vivía en el área de Los Ángeles. Alex Guzman, miembro del grupo Otay Mesa Detention Resistance, señaló que Escobar estaba detenido desde enero en las instalaciones de San Diego.
Las hermanas de Escobar dijeron al diario The San Diego Union-Tribune que él recibió una transfusión sanguínea el martes, pero que su cuerpo ya estaba demasiado debilitado a causa del virus.
“Mi hermano era una persona única”, dijo Maribel Escobar al diario.
Otay Mesa ha sido un foco de infección de COVID-19, y casi uno de cada cinco migrantes han sido diagnosticados con la enfermedad a nivel nacional. Hasta el miércoles, 132 de los 705 casos que ha reportado el ICE se ubican dentro de la instalación de San Diego. Además, 10 de los 39 empleados de detención que han arrojado positivo trabajan en Otay Mesa.
Dos custodios de un centro de detención migratoria de Monroe, Luisiana, fallecieron a finales del mes pasado por coronavirus: Carl Lenard, de 62 años, y Stanton Johnson, de 51. Hasta antes del miércoles, no se había reportado el deceso de algún detenido.
Samuel Bettwy, abogado del Departamento de Justicia, dijo el lunes en una audiencia que el detenido de San Diego fue intubado en un hospital con pronóstico poco favorable. Aunque su deceso no fue sorpresivo, grupos activistas que han presionado al ICE para que libere bajo fianza a los detenidos no tardaron en arremeter contra la agencia.
“Esta trágica noticia es una nueva evidencia de que el no tomar medidas resultará en una muerte cruel e innecesaria”, comentó Monika Langarica, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles de los condados de San Diego e Imperial, que ganaron una demanda para forzar la liberación de decenas de personas de edad avanzada y médicamente vulnerables que se encontraban detenidas en Otay Mesa.
En la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados, como fiebre y tos, mismos que desaparecen en de dos a tres semanas. En otros casos, especialmente en ancianos y pacientes con padecimientos subyacentes, puede causar cuadros más severos, incluyendo neumonía, o la muerte.
La frecuencia en la realización de pruebas de diagnóstico podría estar relacionada con la elevada tasa de infecciones en Otay Mesa. Durante la audiencia del lunes, las autoridades señalaron que 119 de 171 (70%) de los detenidos que fueron analizados en Otay Mesa arrojaron positivo. El ICE se limitó a decir que ha realizado pruebas a 705 detenidos en todo el país, sin desglosar el número de análisis por centro de detención.
El primer positivo en Otay Mesa fue un guardia, cuyo diagnóstico se dio a conocer el 31 de marzo. La instalación está diseñada para alojar a 1.970 detenidos del ICE y del Servicio Federal de Alguaciles, pero la cifra se ha reducido en semanas recientes.
Hasta el 26 de abril contaba con 662 inmigrantes detenidos y 325 reclusos del Servicio Federal de Alguaciles. Esta semana serán liberadas decenas de personas por órdenes de la corte.
SAN DIEGO. — Un salvadoreño de 57 años que estaba detenido por las autoridades de inmigración de Estados Unidos murió el miércoles por complicaciones relacionadas con el COVID-19, informaron las autoridades norteamericanas, convirtiéndose en el primer deceso reportado a causa del virus entre las cerca de 30.000 personas en custodia migratoria.
El inmigrante se encontraba recluido en el Centro de Detención de Otay Mesa, en San Diego, y estuvo hospitalizado desde finales de abril, informó Craig Sturak, portavoz de la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado de San Diego.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) no confirmó ni negó el fallecimiento. CoreCivic Inc., la empresa privada que gestiona el centro de detención, no respondió por el momento a una solicitud de comentario.
Un representante de la familia identificó al inmigrante como Carlos Ernesto Escobar, un diabético que salió de El Salvador junto con su madre y sus hermanas en la década de 1980 y vivía en el área de Los Ángeles. Alex Guzman, miembro del grupo Otay Mesa Detention Resistance, señaló que Escobar estaba detenido desde enero en las instalaciones de San Diego.
Las hermanas de Escobar dijeron al diario The San Diego Union-Tribune que él recibió una transfusión sanguínea el martes, pero que su cuerpo ya estaba demasiado debilitado a causa del virus.
“Mi hermano era una persona única”, dijo Maribel Escobar al diario.
Otay Mesa ha sido un foco de infección de COVID-19, y casi uno de cada cinco migrantes han sido diagnosticados con la enfermedad a nivel nacional. Hasta el miércoles, 132 de los 705 casos que ha reportado el ICE se ubican dentro de la instalación de San Diego. Además, 10 de los 39 empleados de detención que han arrojado positivo trabajan en Otay Mesa.
Dos custodios de un centro de detención migratoria de Monroe, Luisiana, fallecieron a finales del mes pasado por coronavirus: Carl Lenard, de 62 años, y Stanton Johnson, de 51. Hasta antes del miércoles, no se había reportado el deceso de algún detenido.
Samuel Bettwy, abogado del Departamento de Justicia, dijo el lunes en una audiencia que el detenido de San Diego fue intubado en un hospital con pronóstico poco favorable. Aunque su deceso no fue sorpresivo, grupos activistas que han presionado al ICE para que libere bajo fianza a los detenidos no tardaron en arremeter contra la agencia.
“Esta trágica noticia es una nueva evidencia de que el no tomar medidas resultará en una muerte cruel e innecesaria”, comentó Monika Langarica, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles de los condados de San Diego e Imperial, que ganaron una demanda para forzar la liberación de decenas de personas de edad avanzada y médicamente vulnerables que se encontraban detenidas en Otay Mesa.
En la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados, como fiebre y tos, mismos que desaparecen en de dos a tres semanas. En otros casos, especialmente en ancianos y pacientes con padecimientos subyacentes, puede causar cuadros más severos, incluyendo neumonía, o la muerte.
La frecuencia en la realización de pruebas de diagnóstico podría estar relacionada con la elevada tasa de infecciones en Otay Mesa. Durante la audiencia del lunes, las autoridades señalaron que 119 de 171 (70%) de los detenidos que fueron analizados en Otay Mesa arrojaron positivo. El ICE se limitó a decir que ha realizado pruebas a 705 detenidos en todo el país, sin desglosar el número de análisis por centro de detención.
El primer positivo en Otay Mesa fue un guardia, cuyo diagnóstico se dio a conocer el 31 de marzo. La instalación está diseñada para alojar a 1.970 detenidos del ICE y del Servicio Federal de Alguaciles, pero la cifra se ha reducido en semanas recientes.
Hasta el 26 de abril contaba con 662 inmigrantes detenidos y 325 reclusos del Servicio Federal de Alguaciles. Esta semana serán liberadas decenas de personas por órdenes de la corte.