Científicos de Estados Unidos consiguieron por primera vez cultivar plantas en la luna a través de muestras de regolito lunar, un hecho que significa un avance para convertir en autosuficientes las misiones espaciales.
Luego de varios años experimentando, un equipo de científicos dirigido por Rob Ferl, de la Universidad de Florida, logró que la agencia aeroespacial de los Estados Unidos (NASA) le facilitara 12 gramos de polvo de la luna.
En dicho experimento, Rob Ferl comparó la evolución de semillas de Arabidopsis Thaliana, que es un tipo de berro autóctono de Eurasia y África, en el suelo lunar y en otras muestras de ceniza volcánica de la Tierra.
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Los investigadores pudieron comprobar que las plantas germinaban en el suelo lunar, y demostraron que crecían de una forma peor que en la ceniza terrestre, de tal forma que las que estaban en el suelo lunar tardaron más en crecer y en desarrollar sus hojas, además de que tenían raíces estropeadas, a diferencia de las de la tierra volcánica.
Se hizo énfasis en que algunas plantas cultivadas en el polvo de la luna tenían una forma y un color parecidos a las que se plantaban en las cenizas, sin embargo, otras aparecían atrofiadas y contenían pigmentos negros y rojos, lo cual señala un cierto nivel de estrés.
Cuando el grupo de científicos llevó a cabo un análisis genético a tres plantas de tamaños pequeños y más oscuros, consiguieron ver que estas contenían más de un millar de genes en distintos niveles que los de los ejemplares que estaban creciendo en el suelo volcánico, y que en su mayoría eran relacionadas con el estrés.
Después de la investigación, los expertos concluyeron que esta respuesta de estrés en las plantas se puede deber a los rayos cósmicos, la afectación del viento solar en la superficie lunar y la presencia que hay en ese tipo de suelo de pequeñas partículas de hierro.
Los autores de la investigación continuarán realizando más estudios acerca de la interacción entre plantas y el suelo lunar, con la finalidad de lograr un avance para que eventualmente se pueda cultivar vegetales de forma eficiente en este tipo de superficie, además de que significaría un paso esencial para que las misiones espaciales sean de una duración más larga y que los astronautas puedan producir su propia comida en el espacio.
AA