Tras un gran incendio causado en la noche del 2 de febrero debido a una explosión de gas en Nairobi, Kenia, tres personas murieron y 280 terminaron lesionadas, según las autoridades de este país de África Oriental.
Los bomberos tardaron más de nueve horas en controlar el incendio, que se declaró sobre las 23:30 horas locales en el barrio de Embakasi, en el sureste de Nairobi.
Esta zona densamente poblada, conocida como Mradi (988.000 habitantes, según el censo de 2019), estaba el viernes llena de chapas ennegrecidas y humeantes, restos de tejados de casas arrasadas por las llamas y vehículos calcinados, observaron periodistas de la AFP.
Un camión "cargado de gas explotó, provocando una enorme bola de fuego que se propagó ampliamente", afirmó en la red social X el portavoz gubernamental Isaac Maigua Mwaura, que dio un balance de tres muertos y 280 heridos.
El fuego "dañó varios vehículos y propiedades comerciales" antes de arrasar dos edificios residenciales con "un buen número de habitantes en su interior porque era de noche", agregó.
El vicepresidente keniano, Rigathi Gachagua, afirmó el viernes que "los culpables de este inaceptable suceso responderán por sus actos", después de visitar el lugar de la explosión y a las víctimas.
Por la mañana, los vecinos denunciaron el almacenamiento ilegal de gas y gasolina en el barrio y acusaron a las autoridades de laxismo.
Un agente responsable de vigilar el lugar donde ocurrió la explosión fue arrestado, indicó el inspector de la policía, Douglas Kanja.
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“Fue como un terremoto”
Por la fuerza de la explosión, varios automóviles quedaron pulverizados y se encontraron partes de coches sobre un edificio de cinco pisos, indicó la policía.
"Estábamos en casa y escuchamos una enorme explosión", relató a la AFP James Ngoge, que vive justo enfrente del lugar donde se produjo el incendio.
"Todo el edificio fue sacudido por un enorme temblor, teníamos la sensación que se iba a derrumbar. Al principio, no sabíamos qué pasaba, era como un terremoto. Tengo un comercio en la carretera que está completamente destruido", explicó.
Felix Kirwa, un conductor de mototaxi, contó que tras la explosión "cogió a (su) hijo menor" y echó a correr.
"No sabía adónde habían huido mis otros dos hijos hasta esta mañana, cuando los localicé. Están a salvo", dijo, contento de haberse "roto sólo una pierna".
"Corrimos dando gritos porque había fuego por todas partes fuera", dijo Vivian Njeri, una vecina de 34 años, que estaba recibiendo atención médica en una tienda de campaña frente a un hospital de Nairobi.
AA