Una explosión en un restaurante, presuntamente provocada por una fuga de gas, mató el miércoles 13 de marzo a por lo menos siete personas y causó grandes destrozos en las afueras de Pekín, señaló la prensa estatal china.
El suceso ocurrió en una zona residencial de la ciudad de Sanhe, en la provincia de Hebei, que está a menos de 50 kilómetros del centro de la capital de China, dijo la cadena CCTV.
Según esta televisión estatal, la explosión, aparentemente causada por una fuga de gas en un restaurante de pollo frito, ocurrió en un "viejo barrio residencial".
La agencia de noticias oficial Xinhua indicó que al menos siete personas murieron y 27 resultaron heridas.
"Escuché un enorme bang [...] que me dio un susto de muerte [...] Afuera vi nubes de humo negro", aseguró un vendedor del mercado local.
Además de ello, se pudo observar a la policía desviando el tráfico a la entrada del barrio donde tuvo lugar la explosión. Desde cientos de metros del edificio afectado se vislumbraba una columna de humo gris con una grúa colocada cerca.
Un video del suceso publicado por los medios estatales muestra una enorme explosión, que genera una bola de fuego y una densa nube de humo junto a una concurrida carretera en plena hora punta.
Otro video recoge lo que parece ser un edificio completamente derruido tras la detonación y varios autos destruidos.
Un cordón policial impedía a los periodistas acercarse al lugar de la explosión. Algunos fueron maltratados físicamente cuando intentaban acercarse a la zona.
Como reacción a los incidentes, la Asociación de Periodistas de China emitió el miércoles una declaración titulada "Las entrevistas apropiadas son un derecho de los periodistas", una rara muestra pública de apoyo.
¿Cómo se llevan los trabajos de rescate?
La explosión hizo saltar por los aires las fachadas de las tiendas situadas en el lado opuesto del edificio afectado, según unas imágenes publicadas en la plataforma de video Douyin.
Los equipos de rescate se desplazaron rápidamente al lugar. El cuerpo de bomberos local aseguró que había desplegado 36 vehículos y 154 empleados de emergencia.
Explosiones, incendios y otros accidentes mortales son habituales en China debido a los bajos estándares de seguridad y a su laxa aplicación.
La repetición de estos sucesos en los últimos meses, a menudo causados por negligencias de las autoridades, llevaron al presidente Xi Jinping a reclamar una "profunda reflexión" y más esfuerzos "para reducir la frecuencia de estos accidentes de seguridad".
En enero, decenas de personas murieron por un incendio en una tienda en la ciudad de Xinyu, en el centro del país. La agencia Xinhua señaló que las llamas estuvieron provocadas por el uso "ilegal" de un fuego por parte de los empleados en el almacén del establecimiento.
Días antes, otro incendio en la provincia central de Hanan mató a 13 alumnos que dormían en un internado. En noviembre, 26 personas fallecieron y decenas fueron hospitalizadas por un incendio en las oficinas de una empresa de carbón.
JB