El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abrió los debates de la Asamblea General de la ONU, ante la que pidió "respeto" para la soberanía de su país en el bosque tropical del Amazonas y dejó además una muy dura condena al "socialismo".
El líder de la ultraderecha brasileña, utilizó por primera vez la tribuna de las Naciones Unidas y reiteró sus quejas por la "exageración" y la "manipulación" en torno a los recientes incendios en el Amazonas.
Sobre las llamas que consumieron parte de la cobertura vegetal del Amazonas, que grupos ecológicos atribuyeron a una alegada falta de acción de su gobierno, Bolsonaro insistió en que hubo una campaña de "desinformación" creada por varias ONG's y que llegó a animar algunos sentimientos "colonialistas" que persisten en el mundo.
Aunque no lo citó expresamente, se refirió al presidente francés, Emmanuel Macron, quien alarmado por los incendios llegó a pedir una intervención del G7 para ayudar a controlar las llamas.
Bolsonaro reiteró que el Amazonas (brasileño) es mayor que toda Europa occidental y que en más de un 60 % está preservada, por lo que su gobierno no acepta que otro país diga qué se debe hacer para conservar ese ecosistema.
También sostuvo que es una "falacia decir que el Amazonas es un patrimonio de la humanidad o que es el pulmón del mundo" y aseguró que los únicos que tienen soberanía sobre esa región son los países amazónicos.
Defendió además su intención de permitir la explotación por parte de empresas privadas de ciertas riquezas minerales del Amazonas, y pidió a las Naciones Unidas que impidan la vuelta de "prácticas colonialistas", como las que indirectamente atribuyó a Francia.